Un relevamiento privado reflejó que en lo que va del año, los precios de los alimentos escalaron un 185,19% en el conurbano bonaerense.
Los precios de los alimentos en el conurbano bonaerense no le escaparon al nuevo impulso alcista que experimentaron los distintos rubros de la economía en noviembre y también retomaron la tendencia ascendente, al trepar un 14,9% frente a octubre, de acuerdo al relevamiento elaborado por el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCi).
El estudio que releva los valores de 57 productos de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) en 20 distritos del conurbano bonaerense, arrojó que una familia de dos adultos y dos hijos pequeños debió contar en noviembre con $182.905 para adquirir los alimentos indispensables durante todo el mes. Esto implica que dicha familia necesitó $23.751 más (+14,92%) que lo que requería en octubre ($159.153,96) para cubrir los mismos gastos.
En lo que va del año, la misma Canasta pasó de $64.134,25 en diciembre de 2022, a los $182.905,48 actuales, es decir que tras once meses acumuló un aumento de 185,19%.
La Canasta Básica Total (CBT), en tanto, que además de los alimentos incluye un conjunto de productos indispensables para la vida cotidiana de las familias y las personas, tuvo en noviembre una suba de 14,39%.
De esta manera, una familia de cuatro personas requirió casi $50.000 más que en octubre para adquirir sus productos básicos, y no caer bajo la línea de pobreza, en la que de acuerdo a la medición del Observatorio de la Deuda Social de la UCA afecta a 17,5 millones de argentinos.
En lo que va de 2023 las carnes subieron 209,75%, mientras que los productos de almacén se incrementaron 183,26% y las verduras y frutas tuvieron incrementos de 156,11% promedio.
Desde el ISEPCí analizaron que tras el balotaje y durante las semanas de transición por el cambio de gobierno “siguen los aumentos de todos los precios de la economía en general, y de los alimentos en particular”, sosteniendo que “los formadores de precios continúan remarcando sin justificación a las subas proporcionales de sus costos”.
Al mismo tiempo, prevén un panorama complicado para el futuro, al asegurar que “las promesas de fuerte ajuste en gastos del estado, paralización de la obra pública, apertura de la economía con el consiguiente cierre de miles de pequeñas empresas por no poder competir con los productos importados, y la continuidad del proceso inflacionario, no pronostican un futuro de mejoras para los sectores de menores ingresos”.