Axel Kicillof inauguró un Polo Industrial en la cárcel de Olmos, donde los presos fabricarán los kits del Plan Qunita

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El proyecto fue relanzado el año pasado luego de la decisión judicial de sobreseer a los funcionarios acusados por su actuación durante el gobierno de Cristina Kirchner

Durante un acto que compartió junto a algunos de sus funcionarios, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, presentó este miércoles los avances del nuevo Plan Qunita al inaugurar el polo industrial de la Unidad Penitenciaria N°1 de Olmos, donde los presos fabricarán algunos de los kits que luego se repartirán entre la población vulnerable.

En el evento, acompañado por sus ministros de Justicia, Julio Alak, y de Salud, Nicolás Kreplak, Kicillof criticó duramente la causa judicial iniciada durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner, cuando se investigaron presuntos hechos de corrupción durante la anterior edición del programa, que fue a nivel nacional, y en la que todos sus acusados fueron sobreseídos por no hallarse delito alguno.

“Al Qunita lo persiguieron, lo trataron de quemar y acá lo tenemos. Vamos a producir 8 mil cunitas por mes. Sin ponernos ni emotivos ni poéticos, quiero decir que no pudieron con una política pública, porque esta política lo que viene a hacer es a reconocer un derecho. Para la Justicia, donde hay un derecho, hay un costo; para nosotros, lo saben bien, donde hay una necesidad, hay un derecho y una obligación por parte de quienes gobernamos, y donde hay 90 mil pibes que no pueden comprarse esto, hay un Estado presente”, sostuvo el mandatario bonaerense.

“El Qunita tiene una larga historia -yo no quiero ponerme a contarla y narrarla-, por muchos conocida, de lo que ocurrió en la edición anterior del Qunita. Fue un programa del que no se puede decir otra cosa que el hecho de que los objetivos fueron absolutamente nobles y elevados, a pesar del tratamiento que recibió”, comenzó diciendo el gobernador.

Durante su discurso, el mandatario provincial recordó que “cuando se produjeron las primeras unidades hubo una intervención de la Justicia, una Justicia que tenía como objetivo perseguir, a la que no le importaba el Qunita, los pibes, las familias, los beneficiarios, sino estigmatizar, perseguir, señalar, ensuciar”.

“Quiero decir que en el marco de esa infame causa judicial, como lo son todas estas persecuciones, mandaron a quemar las cunitas. Es una historia hasta difícil de contar y de comprender. El entonces juez Bonadio mandó a quemar las cunitas que ya estaban hechas, en lugar de, aún impugnando y deteniendo, llamar a que se distribuyeran. Fue el límite, creo yo, al que se ha llegado de la maldad”, cuestionó.

En este sentido, Kicillof consideró que el relanzamiento del plan que está llevando adelante en estos momentos su gestión “es, de alguna manera, un hecho de justicia real, de profunda humanidad”.

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