Cristina Kirchner: «Si en 2019 soy un obstáculo, no me postulo a presidenta»

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La expresidenta se refirió a la interna del peronismo, aseguró que en Venezuela «no hay estado de derecho» y dijo que vincular a su gobierno con la muerte de Nisman «es una acusación sin fundamento».

En una entrevista que duró casi dos horas, y sin guardarse nada, la expresidenta Cristina Kirchner defendió el accionar de su Gobierno en el caso Nisman, aseguró que en «Venezuela no hay estado de derecho«, dijo que no quería presentarse como candidata a senadora y adelantó que, de ser un obstáculo para el peronismo, no se presentará a las elecciones presidenciales de 2019.

«Si en 2019 soy un obstáculo, porque yo voy a hacer todo lo posible para que el peronismo gane las elecciones, me excluyo de ser candidata a presidenta», dijo Cristina durante la entrevista que le dio al periodista Luis Novaresio para Infobae.

En ese sentido, aseguró que «no quería ser candidata a senadora». La expresidenta aseguró que su entorno «consideraba que era la persona que más votos podía sacar contra el Gobierno» y que por eso se presentó. Aclaró que la demora en candidatearse se debió a que su espacio tenía «que resolver nuestras cuestiones internas antes de enfrentar al oficialismo».

El caso Nisman

Durante la charla, Cristina se refirió a la muerte del fiscal Alberto Nisman y desmintió que su gestión tuvo algo que ver al respecto. «Es un disparate (que hayamos algo que ver). Es una acusación sin fundamento».

También apuntó a Diego Lagormarsino, el técnico informático del fiscal, como personaje clave del caso. «Mi hipótesis se basa en cinco hechos fundamentales: se conoce el arma que provocó la muerte de Nisman; de quién era la arma y la circunstancia en que fue entregada, en su propia casa y por su asistente informático; además, esa persona tenía cierta vinculación, con una cuenta en Nueva York en conjunto; además esta persona era un opositor a mi Gobierno. Esas circunstancias deben ser evaluadas», señaló.

Mientras tanto, defendió la reacción de su Gobierno cuando se conoció la noticia de la muerte del fiscal. «Cuando fui presidenta y sucedió lo de Nisman, hablé por cadena nacional y era impensado que ante un hecho asé esté en silencio. Yo di mi opinión, mi hipótesis y la sigo sosteniendo. También puse a disposición de la justicia todos los recursos. Macri podría imitarme en esto en el caso Maldonado», afirmó.

Venezuela, por Cristina

«Es mentira decir que en Venezuela no hay democracia y en el resto de América Latina sí», aseguró la expresidenta, aunque reconoció: «No hay estado de derecho, pero en la Argentina tampoco».

«En Brasil destituyeron a Dilma Rousseff, en México hay asesinatos de periodistas», enumeró Cristina y sostuvo que «en Venezuela hay presos políticos, pero en la Argentina también. Milagro Sala es una detenida política»

Además, cuestionó al Gobierno y dijo que «interviene sindicatos y a quien no piensa igual lo cataloga como mafia». En ese sentido, disparó: «Maduro echó a la procuradora fiscal, y Macri quiere hacer lo mismo (con Gils Carbó)».

En esa línea, Cristina se refirió a la grieta que vive el país de Nicolás Maduro. «Cuando hay una fractura tan grande en la sociedad, y una mitad piensa que hay que suprimir a la otra y viceversa, nunca nada es bueno», agregó.

Elecciones, ministros y los «pobres» de Alemania

Aníbal Fernández, en su época como jefe de Gabinete, aseguró que en «la Argentina había menos pobres que en Alemania». La frase generó polémica y críticas contra el Gobierno, especialmente porque tiempo antes el ministro de Economía, Axel Kicillof, había dicho que «medir la pobreza era estigmatizante».

Sobre la frase del exjefe de Gabiente, Cristina dijo que «no la recordaba» pero destacó: «No estoy de acuerdo con que en Argentina hay menos pobres que en Alemania».

Consultada por las elecciones de 2015, resaltó: «Perdimos por muy poco». Y criticó a los medios de comunicación por la derrota: «Veníamos de un proceso político donde teníamos tres períodos de gobierno, con el desgaste propio; y un ataque mediático formidable. De todas formas hicimos una muy buena elección». Según su visión, «el gobierno ganó porque si hubiera dicho lo que iba a hacer no ganaba las elecciones».

También se le preguntó si volvería a nombrar a Julio De Vido o Amado Boudou como funcionarios. Pero no quiso profundizar sobre ellos. «No voy a hablar mal de los funcionarios procesados. No voy a dar respuestas que tengan impacto mediático», se excusó.

Lázaro Báez y Los Sauces

El juez Claudio Bonadio procesó a Cristina, sus hijos Máximo y Florencia, los empresarios Lázaro Báez y Cristóbal López, y otras 16 personas en el marco de la causa Los Sauces. El magistrado considera que encabezaron una asociación ilícita que lavó dinero de la obra pública a partir del alquiler ficticio de lo hoteles de la familia presidencial.

Lázaro alquiló habitaciones en el hotel Los Sauces, propiedad de la familia Kirchner. «No me parece mal que un contratista del Estado sea inquilino», se defendió y sumó: «Le alquilamos a precios de mercado, de locación». Además, desestimó ser socia de Lázaro Báez o Cristóbal López. «No éramos socios, eran contratistas pero no socios».

También aprovechó para cuestionar al gobierno de Mauricio Macri. «Me parece mas grave que el (ministro de Energía) Aranguren haya sido accionista de Shell y ahora importe su combustible; que Nicolás Caputo sea dueño de empresas eléctricas y aumente las tarifas, o lo del Correo de Macri. Eso me parece escandaloso», se despachó.

Los bolsos de José López

Cuando el exsecretario de Obras Públicas, José López, apareció tirando bolsos con US$ 9 millones en un convento, el escándalo alcanzó al kirchnerismo. Ahora, Cristina recordó cómo se enteró de la noticia. «Yo estaba en El Calafate y cuando vinieron a contarme no alcanzaba a comprender la escena», rememoró la expresidenta. Y agregó: «La escena me parecía brutal. Tuve enojo, tristeza y angustia. Hasta el día de hoy quisiera saber, porque si hay un corrupto hay un corruptor, cuándo y quién le dio ese dinero».

Cadenas nacionales

«De las cadenas nacionales critico el tono», dijo Cristina sobre el uso del medio de comunicación oficial. No cuestionó haberlas utilizado pero sí las formas. «A veces yo estaba enojada, con un tono de ofuscada, y alguien venía de trabajar y veía eso, no se llevaba la mejor imagen para un presidente», dijo y destacó: «No lo advertí y me critico duramente. Por las formas iba a ser atacada y criticada e invalidaban lo que era importante».
 
Además, cuestionó el accionar de las fuerzas de seguridad durante las marchas bajo la consigna «Ni Una Menos» y la dureza con la que se trató al chico que amenazó al presidente por redes sociales. «Estuvo un mes preso por un tuit», aseguró Cristina y agregó: «Me dijeron barbaridades. Durante mi gobierno también se podía poner carteles diciendo que yo era yegua, puta o montonera. Y no dije nada».

Las críticas por Milani

César Milani había quedado en el ojo de la tormenta. Luego de que Cristina lo nombrara como jefe del Ejército, se conoció una denuncia en su contra por las desapariciones de Pedro Adán Olivera y su hijo, Ramón Olivera, en 1977, y la detención ilegal de Verónica Matta, en 1976.

El kirchnerismo lo defendió pero, finalmente, fue a la cárcel. Sobre su expediente, la expresidenta defendió su designación. «Pasó por tres ascensos previos con control previo de los organismos de derechos humanos. Además, cuando el pliego llegó al Senado, se le consultó a los organismos para verificar que no hubiera antecedentes», aseguró.

Al preguntársele si había una denuncia previa de Abuelas de Plaza de Mayo que alertaba sobre el pasado de Milani, Cristina afirmó: «No, al momento de su designación no había».

 

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