El Gobierno no descarta una empresa nacional de alimentos: el modelo que funcionó en la región

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Ante el aumento de los precios de los alimentos desde el Ministerio de Desarrollo Productivo mira a las experiencias positivas registradas en otros países.

El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó esta semana que «no está descartada la creación de una empresa nacional de alimentos» como existe en Bolivia para la producción, distribución y comercialización para evitar la suba de precios por desabastecimiento y especulación.

Kulfas delantó que ya se piensa en un fondo de estabilización con el Mercado Central, aunque «aún está en estudio», y mientras tanto el Gobierno estaría considerando las experiencias en otros países con empresas nacionales de alimentos, como es el caso de Bolivia.

En agosto de 2007 el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, dispuso la creación de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (EMAPA) para abastecer al mercado interno y contrarrestar el aumento en los precios de la canasta básica, que ese año llegó al 11,7%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La EMAPA ingresó al mercado como importadora de trigo, azúcar y harina en un momento en que Bolivia dependía de esas compras en el exterior para su consumo interno, informó el diario Página 12.

La creación de la EMAPA se sumó a otras medidas del gobierno de Evo Morales, como la suspensión de exportación de trigo y harina de trigo o la prohibición de exportación de alimentos potencialmente escasos.

De ese modo, EMAPA intervino en la importación, distribución y comercialización de los alimentos a un precio menor que el de otras empresas importadoras, cosa que fue posible con el apoyo económico que le daba el flujo de dinero de la nacionalización de los hidrocarburos.

Para 2009, cuando la inflación en Bolivia rondaba el 0,8%, la empresa adaptó su rol y fue utilizada para potenciar con insumos e infraestructura a pequeños y medianos productores de carne, azúcar y cereales.

Al día de hoy, EMAPA tiene 44 sucursales de venta al público, seis plantas de acopio para la producción (con el compromiso de un pago justo a los productores) y abastece a organismos del Estado.

«El objetivo fue que los pequeños se consoliden como actores fundamentales para dejar de depender de los grandes», dijo a Página 12 Patricia Ballivian, gerenta comercial de la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA) y otrora ministra de Desarrollo Productivo del gobierno de Evo Morales.

Ballivian señaló que «el aumento del precio de los alimentos es lo primero que afecta el bolsillo de las familias e indica que las cosas no están bien» por lo que la EMAPA «fue actor fundamental para que Evo se fortalezca en el gobierno porque eso era un golpe económico» a los empresarios de Santa Cruz de la Sierra, que es el centro económico y logístico de Bolivia.

Otra experiencia en el país fue la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA), que resultó de la fusión de las compañías públicas dedicadas a la producción de almendras, lácteos y miel.

La EBA es «de carácter estratégico toda vez que generará excedentes económicos para potenciar el desarrollo económico productivo y financiar la atención de políticas sociales del país», consta en su manifiesto.

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