El héroe de San Miguel que en su camino al trabajo hizo un alto para salvar una vida

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vecino de san miguel solidario

Un vecino  ayudó a una desconocida a llevar al hospital a su mamá, que había sufrido un ACV. Ella lo buscó a través de Internet y se reencontraron.

Existen momentos de la vida en los cuales suceden cosas que parecen haber sido extraídas directamente de un guión de película. Así fue la historia de Melina Tallón y su (ya no más) héroe anónimo, Ezequiel Lucero, quien gracias a su inmensa bondad y predisposición para ayudar, salvó la vida de Graciela, la madre de Melina, que acababa de sufrir un ACV.

La mañana del martes de la semana pasada, Ezequiel (25) había pedido permiso en su trabajo para retrasarse un rato ya que debía realizar unos tramites por el centro de San Miguel. Esos trámites rutinarios se convertirían en una hazaña que marcarían su vida y las de otros. Parado en el semáforo de la ruta 202 vio a una chica desesperada, llorando y pidiendo ayuda. Era Melina (25), que hacía tan solo unos minutos, en su camino a la Universidad Nacional de General Sarmiento –estudia Comunicación–, había recibido el llamado telefónico de una vecina: su mamá, que se encontraba sola en la casa, pedía ayuda y parecía sufrir un ACV

El enseguida le abrió la puerta de su auto, le preguntó qué le pasaba y al enterarse de la situación no dudo en ofrecerle a Melina acompañarla hasta su hogar. “No sólo me llevó a mi casa, sino que me ayudó a contener a mí mamá y también a mí misma. Yo estaba en blanco, no sé qué hubiese pasado sin él. Fue todo lo racional que en mí no estaba funcionando”, cuenta.

“Habíamos llamado a la ambulancia pero no llegaba. Así que le dije a Graciela que si ella se animaba y no tenía problema, yo mismo la llevaba al hospital”, agrega Ezequiel. Fue así entonces que el vecino, un futuro piloto de aviones, la cargó en brazos hasta su auto y llevo a las dos hasta el centro de salud más cercano. Se acercó a emergencias y recién una vez que se aseguró que no necesitaban más de su ayuda, se despidió y se fue finalmente a su trabajo.

Melina ni siquiera le había podido preguntar su nombre y cuando quiso llamarlo por teléfono para agradecerle y contarle la mejoría de salud de su mamá, se dio cuenta de que había anotado mal el número.

Con una mezcla de emociones que combinaban la necesidad de agradecerle de nuevo a Ezequiel como también la de contarle a la gente su encuentro con una persona atípica, que la había rescatado del peor momento de su vida decidió empezar una búsqueda, a través del grupo de Facebook “San Miguel Conectado”. Relató la situación con palabras tan profundas y conmovedoras que fue inevitable para la gente no comprometerse y empezar a viralizar la búsqueda. No sólo se involucraron vecinos del barrio, sino que personas de Salta, Chubut y hasta de Uruguay le ofrecieron su “apoyo virtual”.

Existen momentos de la vida en los cuales suceden cosas que parecen haber sido extraídas directamente de un guión de película. Así fue la historia de Melina Tallón y su (ya no más) héroe anónimo, Ezequiel Lucero, quien gracias a su inmensa bondad y predisposición para ayudar, salvó la vida de Graciela, la madre de Melina, que acababa de sufrir un ACV.

La mañana del martes de la semana pasada, Ezequiel (25) había pedido permiso en su trabajo para retrasarse un rato ya que debía realizar unos tramites por el centro de San Miguel. Esos trámites rutinarios se convertirían en una hazaña que marcarían su vida y las de otros. Parado en el semáforo de la ruta 202 vio a una chica desesperada, llorando y pidiendo ayuda. Era Melina (25), que hacía tan solo unos minutos, en su camino a la Universidad Nacional de General Sarmiento –estudia Comunicación–, había recibido el llamado telefónico de una vecina: su mamá, que se encontraba sola en la casa, pedía ayuda y parecía sufrir un ACV.
Mel y su mamá Graciela, luego de que le dieran el alta en el Hospital de Tortuguitas.
El enseguida le abrió la puerta de su auto, le preguntó qué le pasaba y al enterarse de la situación no dudo en ofrecerle a Melina acompañarla hasta su hogar. “No sólo me llevó a mi casa, sino que me ayudó a contener a mí mamá y también a mí misma. Yo estaba en blanco, no sé qué hubiese pasado sin él. Fue todo lo racional que en mí no estaba funcionando”, cuenta.

“Habíamos llamado a la ambulancia pero no llegaba. Así que le dije a Graciela que si ella se animaba y no tenía problema, yo mismo la llevaba al hospital”, agrega Ezequiel. Fue así entonces que el vecino, un futuro piloto de aviones, la cargó en brazos hasta su auto y llevo a las dos hasta el centro de salud más cercano. Se acercó a emergencias y recién una vez que se aseguró que no necesitaban más de su ayuda, se despidió y se fue finalmente a su trabajo.

Melina ni siquiera le había podido preguntar su nombre y cuando quiso llamarlo por teléfono para agradecerle y contarle la mejoría de salud de su mamá, se dio cuenta de que había anotado mal el número.

Con una mezcla de emociones que combinaban la necesidad de agradecerle de nuevo a Ezequiel como también la de contarle a la gente su encuentro con una persona atípica, que la había rescatado del peor momento de su vida decidió empezar una búsqueda, a través del grupo de Facebook “San Miguel Conectado”. Relató la situación con palabras tan profundas y conmovedoras que fue inevitable para la gente no comprometerse y empezar a viralizar la búsqueda. No sólo se involucraron vecinos del barrio, sino que personas de Salta, Chubut y hasta de Uruguay le ofrecieron su “apoyo virtual”.

“Algunos me pedían que les describiera su apariencia física, o que pusiera el modelo o color del auto, y yo no me podía acordar de nada de eso. Sólo retuve que era de San Miguel”. La historia fue compartida por más de 900 personas, comentada 400 veces y rozó los 5.000 “me gusta”.

mujer salvada de acv

Gracias a la difusión que tuvo el caso, la búsqueda llegó a Ezequiel en menos de 24 horas. “Se lo había comentado a un compañero del trabajo, él a su novia y ella, a su vez, a una amiga –cuenta el ex alumno de la escuela Juana Manso–. Fue esta chica que leyó la publicación en Facebook y dirigió la cadena hacia mí, porque yo no estoy en ese grupo. Ahí le hablé y obviamente lo primero que le pregunté fue cómo estaba su mamá”.

Los médicos que atendieron a Graciela destacan la actitud del joven y remarcan que, en estos casos, la poca demora en recibir atención profesional es fundamental para minimizar las secuelas del ataque. Y que, gracias a Ezequiel, no habría consecuencias graves.
“Todos me felicitaban por mi actitud pero muchos, también, no podían entenderme y decían que por como están las cosas hoy en día, ellos no tomarían esos riesgos”, asegura Ezequiel. En ese momento, dice, no se puso a pensar en las cosas malas que podían pasar y actuó siguiendo su impulso.

“Lo hice de corazón, para darle una mano a ella, no podía dejarla así. Por experiencias similares que pasé, conozco como son esas situaciones. No estás preparado para afrontarlo y te congelas, no sabés como reaccionar. Si estás solo y no tenés a nadie con quién contar, es peor».

A Graciela afortunadamente el ataque no le provocó secuelas cognitivas. Ayer le dieron el alta en el Hospital Droszdrowski, de Tortuguitas, donde realizaba gimnasia de rehabilitación diariamente. Dos veces al día recibía la visita de su hija y en ocasiones se suman otros familiares y amigos que pasan a verlas y a compartir unos mates con ellas. Como era de esperarse, Ezequiel también estuvo visitándola durante esta semana. “Es mi ángel protector”, lo llama Graciela desde aquel día. El le llevó regalos y hasta a su propia madre, que quiso acompañarlo para conocerlas.

El agradecimiento
Mel volvió a publicar en “San Miguel Conectado”, esta vez agradeciendo los comentarios positivos de la gente, su ayuda en la búsqueda y contando la feliz noticia de que había encontrado a su héroe anónimo. Tuvo más de 7500 interacciones en total. “[ …]Quiero agradecerles por la buena energía y la fuerza que me enviaron.[ …] Las noticias malas abundan y es lindo ver algo con un final ‘feliz’. Quería darles por fin la buena noticia: encontré a la persona que salvó a mi mamá. Ezequiel Lucero, te estaremos ETERNAMENTE agradecidas.”

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