La Argentina apura los trámites por las vacunas que dona Estados Unidos

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En la Casa Rosada intentar cerrar los acuerdos con Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson para obtener entre 2 y 3 millones de sueros fabricados por laboratorios norteamericanos.

El último en sumarse fue Guatemala, que recibirá 1,5 millones de dosis de la vacuna de Moderna. Se trata de uno de los ocho países de Latinoamérica que ya obtuvo donaciones de sueros por parte de los Estados Unidos. La Argentina no integra por el momento esa lista de naciones, ya que hasta hace pocos días atrás el marco legal dispuesto en el país no era compatible con los requerimientos de los laboratorios norteamericanos.

Detrás de la decisión del Gobierno de modificar por decreto la Ley de Vacunas sancionada en noviembre de 2020 se esconden dos cuestiones claves: la primera es que el nuevo marco legal permitiría acordar el arribo de dosis de Pfizer, el único suero aprobado para su utilización en menores de 18 años y la segunda, y no menor, es que el Gobierno observaba con preocupación que la Argentina sea uno de los países de la región que no estuviera en condiciones de recibir las dosis de los Estados Unidos, lo que colocaría a la administración de Alberto Fernández en una situación de virtual aislamiento sanitario que generaría nuevas críticas de la oposición.

De hecho, las intensas negociaciones que la Cancillería llevó adelante para intentar recibir las vacunas de AstraZeneca que Estados Unidos no utiliza fueron una muestra del interés argentino por las dosis norteamericanas. Ahora la Casa Rosada deberá cerrar los acuerdos con Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson para luego sí acordar el arribo de las dosis que EEUU podría donar.

Estados Unidos ya entregó vacunas en ocho naciones de Latinoamérica. Antes que a Guatemala, el gobierno de Joe Biden ya había donado 1,5 millones de vacunas a El Salvador; otras 1,5 millones a Honduras; 1,3 millones a México; 3 millones de dosis a Brasil; 2 millones a Perú; 2,5 millones a Colombia y 1 millón a Ecuador, país que recibirá este mes otro millón. Del total de vacunas que la administración norteamericana donará alrededor del mundo, unos 20.000.000 corresponden a América Latina y el Caribe.

El 6 de julio, ante la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo, la secretaria de Legal y Técnica Vilma Ibarra reconoció que la imposibilidad de recibir donaciones de vacunas llevó al Gobierno, entre otras cuestiones, a modificar la ley de vacunas.

“Nos vimos obligados a firmar un DNU por la necesidad de contar cuanto antes con las donaciones de terceros países, con las vacunas de COVAX y sobre todo para poder avanzar en los contratos a fin de poder traer vacunas pediátricas para los chicos con comorbilidades”, aseguró la funcionaria cercana al presidente Alberto Fernández. Al quitar la palabra negligencia de esta norma y sumar otras modificaciones – como la creación de un Fondo de Repación COVID-19 – el Gobierno corrigió el marco legal para adaptarse a las exigencias de los laboratorios estadounidenses.

El laboratorio Pfizer había argumentado que el marco legal establecido por la Ley de Vacunas aprobada por el Congreso lo dejaba expuesto ante eventuales denuncias penales y por lo tanto planteó una reforma del texto. Consideraban que la palabra negligencia era un concepto muy amplio que podría abrir una ventana de demandas contra la compañía. Inicialmente el Gobierno se negó a modificar el marco legal, pero finalmente accedió ante las presiones de los padres con hijos menores de edad con comorbilidades que no pueden ser vacunados y el hecho de que buena parte de la región haya arribado a acuerdos con estas compañías.

En la Casa Rosada le dijeron a TN.com.ar que las negociaciones con Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson “están encaminadas” y que se discute el cronograma de entrega y la cantidad de dosis. Para intentar sellar acuerdos con estas firmas, el Gobierno recurrió al Banco Mundial. De hecho el pasado 30 de junio, Enzo de Laurentiis, representante de esa entidad, participó de un encuentro entre autoridades del Ministerio de Salud de la Nación y directivos de Moderna, según el registro público de audiencias.

Pfizer es la única vacuna aprobada por la ANMAT, aunque solo para su aplicación en personas mayores de 18 años. Por el momento Moderna y Johnson & Johnson no obtuvieron el visto bueno de esta entidad.

En este marco el Gobierno esperar recibir pronto las donaciones de unas 2 millones de vacunas, que no se descarta sean del laboratorio Moderna. Esta dosis está siendo evaluada para su aplicación en menores de edad. En la Casa Rosada también analizan aplicar para este grupo etáreo las dosis del laboratorio chino estatal Sinopharm. Se espera que las autoridades de esa firma envíen pronto la documentación a la ANMAT, que deberá entregar el visto bueno final.

Por otra parte, el haber dado un marco legal al posible acuerdo con Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson permitirá elegir entre más proveedores dentro del catálogo de vacunas que provee el mecanismo COVAX. Hasta ahora la Argentina se había inclinado por AstraZeneca/CovidShield ya que no podía recibir de otras firmas con las que no hubiese firmado un acuerdo.

Tanto la donación a El Salvador como la de Honduras -también de vacunas de Moderna- se enviaron a través de la plataforma Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras que la de Guatemala y el resto de países son entregas directas desde Estados Unidos. ”No compartimos estas dosis para extraer favores o concesiones. Nuestras vacunas no llegan con condiciones. Hacemos esto con el objetivo único de salvar vidas”, repiten en la Casa Blanca de acuerdo a información de agencias internacionales.

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