El muro estaba ubicado lindando a la calle Marino Luis Py entre Guayaquil y Nagasaki. Allí se derribó la vieja construcción y se levantó una nueva que permite que se ensanche la calle. Un trabajo articulado con la comunidad religiosa «Heraldos del Evangelio», que contó con la participación de vecinos de la ciudad.
La secretaria general del municipio de Malvinas Argentinas, Noe Correa, presenció el momento en que se derribó un muro que data de muchísimos años y era un viejo reclamo de la comunidad del barrio Bella Flor. El objetivo de la obra es poder otorgar el espacio necesario que permita el ensanchamiento de la calzada, y así mejorar la circulación. El punto se ubica sobre la calle Marino Luis Py entre Guayaquil y Nagasaki.
Al respecto, Noe Correa dijo: «Hoy estamos brindando una solución a una problemática histórica en la ciudad de Ing. Pablo Nogués. En este lugar, existía un muro que reducía la circulación, dificultaba el paso de ambulancias, de las patrullas y de vehículos en general».
La obra cuenta con el trabajo y el acompañamiento de vecinos de la ciudad, debido al gran interés por derribar el muro del lugar en donde viven. «Gracias a la gestión de nuestro intendente Leo Nardini, a los vecinos y a la comunidad ‘Heraldos del Evangelio’ es que se pudo realizar este trabajo», comentó la funcionaria y prosiguió: «La comunicación con las diferentes entidades que pertenecen a nuestro distrito siempre es muy importante, porque así se pueden lograr cosas como esta».
A su vez, el intendente Leo Nardini se manifestó conforme con el resultado de las largas gestiones que le tocó encaminar: «Este pedido es histórico de parte de los vecinos porque el pasaje que se generaba para transitar era inseguro y no permitía una doble circulación. Tomamos el pedido, dialogamos con la comunidad de Heraldos del Evangelio y llegamos a un punto de acuerdo para avanzar en una solución que se pudo concretar». Y sentenció: «Este es el rol del Estado, acercar posiciones para llegar a un punto en común que beneficie a nuestros vecinos».
Por su parte, Pablo Vela, hermano de la congregación, expresó: «Es una gran alegría participar de la continuidad de esta obra. Ahora tendremos un acceso en un lugar que es muy transitado y eso era algo que se necesitaba». «Al igual que el municipio, nosotros buscamos el bienestar de la ciudad, y el tener este diálogo es algo que siempre tiene que estar presente y estoy agradecido por ello», finalizó.