Con la mira en el negocio de las fotomultas, Vidal abre el juego a más empresas

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Por primera vez en muchos años se habilitaron licitaciones anuales y ahora se le disputa el poder a quienes se encargaban del sistema.

«El sistema de contratación era al menos sospechoso», definieron  del gobierno de la Provincia de Buenos Aires, en referencia a quien se encarga de las fotomultas en este territorio. Es que hace cinco años, el ex gobernador Daniel Scioli le quitó la prestación del servicio a Boldt y le otorgó directamente el control de este negocio millonario a la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina (CECAITRA), sin hacer licitaciones. Por orden de María Eugenia Vidal, a principios de este año se abrió el juego para que se presenten otras empresas, algo que se repetirá de cara a 2018.

La CECAITRA está presidida por el empresario Bernardino García, quien decidió firmar un acuerdo al mismo tiempo con la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Todo, mientras el ex motonauta le otorgaba también la potestad a los municipios de instalar sus cámaras de tránsito, que terminaban una a una bajo el control de la CECAITRA, cámara integrada por 30 empresas.

Ni bien Cambiemos se hizo cargo de la provincia, en 2015, las autoridades recibieron inmediatamente las inquietudes de muchos intendentes, quienes directamente les preguntaron si estaban obligados a trabajar con esta cámara o si existía la posibilidad de un cambio. Por los pasillos de varios municipios se generan muchas suspicacias porque notan que los encargados de implementar el sistema en los distritos no invierten en máquinas nuevas, sino que utilizan las de Gobernación. Las molestias también se generan porque del total de impresiones realizadas, producto de las fotos, no todas se transforman en multas, y esto se traduce en sospechas en cuanto a la efectividad del sistema.

El sistema de radares, fotomultas e infracciones automáticas era controlado desde el año 2012 exclusivamente por CECAITRA, sin que existiera ningún proceso licitatorio. «Se había dado de esa manera bajo el gobierno anterior y nunca se presentaba nadie a inscribirse en el registro que está abierto; y un registro que tiene un único proveedor es al menos llamativo», le dijo un funcionario de Vidal a este portal.

Por eso, lo que hicieron en la actual gestión fue darle difusión al registro, para que otras empresas por fuera de CECAITRA puedan presentarse a lo que hasta entonces era una inédita licitación.

Es así como a principios de este año se presentaron dos proveedores con voluntades de inscribirse. Pero nuevamente la CECAITRA terminó quedándose con el negocio, aunque «esta vez a través de una licitación, como debe hacerse», según destacan en el gobierno. ¿Y por qué ganaron los mismos? Porque, según fuentes de Gobernación, para tener el control de todo el sistema se necesita una estructura inmensa que no cualquiera tiene, y la Cámara ya cuenta con un funcionamiento aceitado.

«Es muy grande la logística necesaria para mantener los radares, calibrarlos cada seis meses, viajar y descargar las imágenes en forma periódica para poder procesarlas», le explicó a este portal un especialista, y agregó: «se requiere de muchos socios que se encarguen de hacer todo este tipo de trabajo y tareas, o si se trata de una única empresa, tiene que tener una espalda inmensa».

En la Provincia destacan que no buscan eliminar a la CECAITRA, sino que «lo que pidió Vidal fue transparentar la gestión». Lo concreto es que antes de fin de año se volverá a llevar a cabo un proceso licitatorio de cara a 2018, y el manejo del sistema de fotomultas vuelve a estar en disputa. «CECAITRA, al ser una Cámara, descansa en todos sus socios, tiene esa espalda necesaria, pero ahora empezaron a animarse otros actores, se abrió el juego», describen en el gobierno bonaerense.

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