(Por Ariel Sujarchuk).- En los últimos días, identificamos a dos menores y aprehendimos a otro luego de arduas investigaciones policiales que determinaron que habían sido autores de las constantes amenazas de bomba que sacudieron la rutina escolar de distintas escuelas de nuestro municipio.
Entre el 21 y el 29 de noviembre, sólo en la Técnica Nº 1 de Belén de Escobar, se perdieron seis días de clases por estas falsas alarmas. En tres meses, la Técnica Nº 2 de Garín recibió ocho amenazas de bomba. Hechos similares ocurrieron en el edificio que comparten la Primaria Nº 24 y la Secundaria Nº 30 en Garín y en el Colegio Carlos Maschwitz, de la misma localidad. Son algunos de los casos que sufrimos en los últimos tiempos.
Como intendente del partido de Escobar, en mi rol de adulto responsable, llamo a la reflexión de directivos, docentes, familias y estudiantes para que este tipo de hechos no vuelvan a conmover a nuestra comunidad, que se desgarra una y otra vez en incertidumbres y temores infundados.
Además de entorpecer el normal dictado de clases y la consecuente pérdida de días del ciclo lectivo, este tipo de acciones siembran el miedo y generan pérdidas de recursos y tiempos a los agentes de la División Explosivos de la Policía Bonaerense, Policía Local y su división canina, Prevención Comunitaria, Bomberos Voluntarios y todo el sistema de emergencias de Defensa Civil y el SAME. Es un despliegue inusual de efectivos, móviles y ambulancias que acuden ante la falsa alarma y restan energías a atender verdaderas situaciones de peligro.
La reiteración de casos nos remite a la fábula de Pedrito y el lobo, la historia del joven pastor que se divertía advirtiendo imaginarios ataques feroces para alertar al pueblo, hasta que un día ese mismo pueblo se cansó y el lobo realmente cargó sobre las ovejas y Pedrito. Es nuestra responsabilidad, como adultos, marcar conductas y límites a los chicos y chicas que encuentran, en el engaño y la mentira, una manera de llamar la atención.
Para seguir creciendo como sociedad, convoco a directivos y docentes a que hablen con sus estudiantes, a las familias a que hablen con sus hijos y a que los jóvenes hablen con sus pares para de una vez por todas terminar con estas inconductas sociales que son de gente maleducada. Asumamos el compromiso de construir, entre todos, un ciclo lectivo donde prime el respeto y el cuidado por el prójimo. Asumamos el compromiso de ser bien educados y así consolidar el modelo educativo que nos proyecte al Escobar que siempre soñamos.