Universidad de Pilar: lo que viene para hacerla realidad

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Su creación fue aprobada por ley del Congreso. Ahora, debe promulgarse y recorrer una serie de hitos hasta que puedan cursar los primeros alumnos. Los detalles.

¿Cuándo llegará ese día? El rango de tiempo posible es variable. Según explicó el intendente Federico Achával en una serie de entrevistas que dio en las últimas horas, puede ir de los 9 meses a los dos años.
Claro que desde el gobierno municipal hacen fuerza para que el plazo esté más cerca del primero. Pero, ¿qué debería pasar para que eso sea posible? Acá, algunas respuestas acerca del camino que le queda por delante al proyecto de la Universidad para comenzar a funcionar.

El presidente de la Nación (Alberto Fernández hasta el 10 de diciembre o quien resulte ganador de las elecciones) deberá promulgar la ley sancionada esta semana y publicarla en el Boletín Oficial para su puesta en vigor.
El Ministerio de Educación de la Nación asigna una partida presupuestaria para el funcionamiento del primer año de la universidad y, luego, el presupuesto de la universidad será incluido en el Presupuesto Nacional.
El Poder Ejecutivo nacional nombra a un rector “organizador” que tiene como función poner los primeros cimientos para que empiece a marchar la universidad y generar las condiciones materiales para su funcionamiento. Además, debe garantizar la creación de los órganos de gobierno y la estructura normativa para que la universidad pueda “normalizarse”, eligiendo a sus autoridades.
El rector organizador debe realizar la solicitud de puesta en marcha de la universidad ante el Ministerio de Educación de la Nación y tiene que presentar el Proyecto Institucional y el estatuto provisorio a la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU) para su aprobación.
Una vez que CONEAU apruebe el proyecto institucional, el Ministerio de Educación de la Nación tiene que dar la autorización para la puesta en funcionamiento. Cuando esto se concreta, pueden empezar a ofrecerse las carreras, iniciar las inscripciones y comenzar la vida universitaria. El proceso de normalización de la universidad puede realizarse en paralelo al desarrollo de la actividad académica que se inicie, o después de iniciada.
Además, hay que construir edificios, adquirir el equipamiento -muebles, tecnología, etc.- para funcionar y organizar los sistemas informáticos que den sostén a la gestión. Además, hay que armar los equipos docentes, sentar las bases normativas y las regulaciones para que la universidad funcione.

En cuanto al edificio, Achával señaló que ya están “los proyectos de desarrollar la arquitectura y los nuevos edificios propios”. Eso se dará en un mix “entre recuperar los espacios abandonados o quemados” por el incendio de 2002 en el Pellegrini, junto a “estructuras nuevas que complementen esa idea fundamentalmente en base a la estructura de carreras que tenemos pensada y necesita aulas amplias”.

En cuanto a la oferta académica, se sabe que tendrá en principio 59 carreras, divididas en tres institutos: Desarrollo Productivo, Desarrollo Tecnológico y Desarrollo Humano.

En total, la oferta académica incluirá 28 carreras de pregrado o tecnicaturas, más cortas y con salida laboral; 22 de grado, como licenciaturas e ingeniaría con diferentes especialidades; y 9 posgrados.

Achával explicó que “eso lo tenemos que presentar ahora ante la CONEAU que es el que aprueba la currícula, las carreras y el contenido justamente de esas materias y en base a eso vamos a estructurar”.

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