Desde este lunes, se reducirán 30 puntos las percepciones que recaían sobre el dólar tarjeta y el ahorro, por lo que se abaratarán las compras al exterior. También se perderá parte de la recaudación fiscal. La expectativa del Gobierno es que ayude a mantener en baja la inflación.
A partir de este lunes, el impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria -o PAIS– llega oficialmente a su fin. El gravamen, que se creó en 2019 y tenía una extensión de cinco años, dejará de estar vigente, por lo que se abaratarán las compras al exterior, se perderá parte de la recaudación fiscal y se espera que la reducción de costos sobre los bienes importados ayude a mantener en baja el índice de precios.
En primer lugar, desde este lunes la percepción aplicada al llamado dólar tarjeta -para las operaciones de compra de moneda extranjera- y el dólar ahorro o solidario -la compra de billetes y divisas en moneda extranjera para atesoramiento- bajará de 60% a 30%.
Sobre este punto, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) dictó la Resolución 5617/24, en la que aclaró que continuará para esos casos el recargo del 30% a cuenta de Ganancias, para lo cual se podrá solicitar la devolución una vez finalizado el año en el cual se efectuó la percepción.
Entonces, a partir de este lunes, para quienes quieran hacer una compra con tarjeta en el exterior, el tipo de cambio pasará de los $1671,20 actuales a $1357,85 y se podrá pedir la devolución del 30% de Ganancias. Igualmente, si se toman como referencia las cotizaciones del cierre del viernes, el valor todavía se encuentra por encima del dólar MEP, que cotiza a $1142,20.
La eliminación del tributo también impactará sobre los servicios digitales como Netflix, Spotify y otras plataformas digitales, que tenían una carga del 8% del Impuesto PAIS. Esto quiere decir que habrá una reducción en los costos finales, pero seguirán aplicándose otros impuestos: el Impuesto al Valor Agregado (IVA), de 21%; la percepción del Impuesto a las Ganancias, del 30% y, en algunos casos, Ingresos Brutos, que ronda el 2%.
En relación con el efecto que tendrá sobre la inflación, la finalización del impuesto País también achicará los costos de los bienes o insumos importados (que tenían una percepción del 7,5%), por lo cual será más barato traer productos o insumos desde el exterior, y se espera que estaba baja de esa carga tributaria se traslade sobre el índice de precios, principalmente sobre el indicador mayorista, donde se observará una moderación de los productos importados. Sobre este punto, los especialistas advierten que el efecto sobre los precios al consumidor será dispar.
Como contrapartida, esta medida también desalentará la producción de las industrias locales, que ya vienen reclamándole al Gobierno mejores condiciones en términos de competitividad con el resto de los países, sumado a un contexto de apreciación cambiaria donde, por ejemplo, Brasil, el principal socio comercial de la Argentina, devaluó su moneda y se vuelve más atractivo por sus menores costos.
Por otra parte, la terminación del impuesto País también afectará la recaudación, ya que, según cifras del ARCA, a través de esa vía ingresaron $6.167.557 millones entre enero y noviembre. Si bien el Gobierno asegura que el próximo año podrá reemplazar esos ingresos por otros vinculados a un crecimiento de la actividad, el impacto que tendrá sobre las cuentas fiscales todavía es un misterio.
“El impuesto País aportó U$S17.300 millones durante sus 5 años de vida. En términos de PBI, la recaudación total acumulada fue de 3% del PBI. Uno de los grandes desafíos fiscales de 2025, será la sustitución de esta importante recaudación no coparticipable, proyectada en 0,9% del PBI”, expresó Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal.
“La eliminación del impuesto País impacta a favor generando un sistema impositivo más sencillo, menores costos para las empresas y generar las condiciones para reducir la tasa de inflación como sucedió cuando este impuesto se redujo en 10 puntos en septiembre. Por otro lado, reduce la recaudación y obliga a bajar aún más los gastos o intentar compensar con más recaudación de otros impuestos. A su vez, al abaratar las importaciones pone más presión sobre la caja en dólares en un contexto muy complejo por la apreciación cambiaria, las mayor devaluación de Brasil y la caída en el precio de la soja”, resumió el director de Analytica, Claudio Caprarulo.
Por último, el fin del impuesto País también implicará un recorte para los fondos percibidos a través de ese tributo que tenían asignaciones específicas. A saber, del total de lo recaudado del impuesto País, el 70% se destinaba a programas de la ANSES y PAMI, y el 30% restante se repartía entre el FISU -el Fondo de Integración Socio Urbana ligado al dirigente Juan Grabios- (1%), obras de infraestructura (94%) y programas para el fomento al turismo nacional (5%).
Entonces, esas partidas dejarán de recibir fondos a través del impuesto País. Según el último informe que la jefatura de Gabinete envió al Congreso, el Gobierno argumentó que espera que la eliminación del gravamen ayude a reactivar la economía y mejorar los ingresos para sostener el superávit fiscal, pero no precisó si esos supuestos nuevos recursos estarán destinados a las mismas asignaciones que estipulaba el impuesto País.