25ta cirugía intrauterina por espina bífida en el Hospital Austral

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Desde el 2015, un equipo multidisciplinario del Hospital Austral opera niños en el vientre materno para mejorar sustancialmente calidad de vida tras el nacimiento. La espina bífida, denominada médicamente mielomeningocele, es un defecto del tubo neural que afecta la médula espinal de uno de cada 2000 bebés nacidos en el país.

Si bien la suplementación periconcepcional de las harinas con ácido fólico (Ley Nro. 25.630 de julio de 2002) ha reducido significativamente la incidencia de esta grave patología, todavía nacen unos 400 niños al año con esta malformación.

Después de haberse entrenado en modelos animales y en humanos en centros líderes en el exterior entre los años 2010 y 2014, un equipo interdisciplinario del Hospital Austral ofrece este tratamiento desde principios de 2015. Esta semana realizarán la cirugía fetal número 25.

“En los casos con diagnóstico prenatal oportuno y ausencia de otros factores de riesgo, la cirugía fetal antes de la semana 26 puede mejorar significativamente las condiciones de vida de estos niños”, explicaron los doctores Adolfo Etchegaray y Daniel Russo, co-directores del Programa de Cirugía Fetal, que funciona dentro del Departamento Materno Infantil del Hospital Universitario Austral.

Este defecto congénito afecta con mayor frecuencia las últimas vértebras de la columna, dejando expuestos los nervios que controlan la movilidad de las piernas y la contractilidad de la vejiga y el recto, produciendo parálisis e incontinencia. Este deterioro es progresivo a lo largo del embarazo. “Es una de las principales causas de discapacidad motriz. Además, en la Argentina es la novena causa de muerte neonatal”, aseguró el Dr. Etchegaray, Jefe de la Unidad de Medicina Fetal.

Otra de las temidas consecuencias de esta anomalía es el desarrollo de hidrocefalia congénita, que requiere en la gran mayoría de los casos la colocación de una válvula de derivación de por vida en el cerebro para evitar un daño cognitivo irreversible.

A principios de este siglo y a raíz de la visita de uno de los padres de esta técnica, el Dr.  Harrison, se habían realizado dos intervenciones de este tipo en otra institución, pero a esa altura no existía todavía la suficiente evidencia acerca de los posibles riesgos y beneficios de la cirugía prenatal.

La revolución ocurrió con la publicación de un estudio realizado en EEUU llamado MOMS, que demostró abrumadoramente el beneficio de la cirugía fetal reduciendo a la mitad la necesidad de colocar una válvula en el cerebro  y duplicando las chances de que el niño camine sin órtesis. Al tratarse de una cirugía realizada durante el sexto mes del embarazo, deben extremarse los cuidados maternos para reducir el riesgo de complicaciones que puedan derivar en un nacimiento prematuro o en problemas para la madre.

El Dr. Daniel Russo, Jefe de Cirugía Infantil del Hospital, explicó que, “si bien se usan como base las técnicas desarrolladas originalmente, nuestro equipo ha introducido algunas  modificaciones en la técnica que han facilitado la apertura uterina, y ahora están empezando a aplicarse en centros de EEUU como el Hospital  Cincinnati Children´s, con quienes tenemos un convenio de colaboración en investigación en esta área”. Durante la apertura uterina se deben estabilizar las membranas y minimizar el sangrado como principales objetivos. Luego, se realiza un cierre impermeable del defecto espinal en todos sus planos con tejidos propios del bebé.

En el marco del IV Congreso Argentino de Medicina Fetal organizado por SADIPT, el equipo de Cirugía Fetal presentó los resultados de los primeros 21 bebes nacidos con esta intervención. “Hemos desarrollado una nueva técnica de apertura uterina que es más segura para las embarazadas ya que se asocia a un menor riesgo de apertura de la cicatriz y reduce la duración de la intervención a menos de dos horas. El 70% de los bebés intervenidos no han padecido hidrocefalia, cuando el 90% de los que se trataban después de nacer necesitaban una o varias cirugías para esta complicación. Además, nuestros pacientes más grandes ya están dando sus primeros pasos”, destacó Etchegaray.

Debido a que esta patología genera un deterioro químico y mecánico progresivo de la médula espinal, es importante que el diagnóstico prenatal sea precoz para permitir la derivación oportuna de la paciente al equipo de Medicina Fetal. “Creemos que el problema fundamental es la detección temprana. En algunos casos, cuando el diagnóstico es demasiado tarde ya no es posible ayudar al niño y frenar el deterioro”, afirmó el Dr. Etchegaray. Si bien la operación se puede realizar entre la semana 19 y la 25, el grupo ha demostrado recientemente que los beneficios de la cirugía se mantienen al menos hasta la semana 27.

El Hospital Austral figura como centro de referencia en el mapa que publica la Sociedad Internacional de Diagnóstico Prenatal (ISPD), con los centros con más experiencia en el mundo. https://ispdhome.org/ISPD/SIGs/Fetal_Therapy_Map.aspx

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