La UMET publicó su relevamiento detallando el alza de cada rubro y analizó cada caso. También se refirió a la pérdida de poder adquisitivo.
La inflación de enero fue del 2,6%, de acuerdo con el relevamiento que publicó la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET). De acuerdo con el sondeo, se trata del valor más bajo desde julio pasado, pero a nivel interanual indica que los precios subieron 53,1%.
En detalle, el informe mensual del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) de la UMET indica que el rubro “Educación” fue el que más aumentó el mes pasado (4,8%), atribuido a las fuertes alzas en útiles escolares de cara al inicio del año lectivo.
Le sigue “Alimentos y bebidas” (4,1%), que es el de mayor peso en la canasta, atribuido en parte a la reinstauración del IVA a productos de la canasta básica alimentaria. Tercero quedó “Transporte y comunicaciones” (2,9%), en un mes en el que se registraron alzas del 30% en los taxis en la Ciudad de Buenos Aires. “Esparcimiento” (2,6%) trepó al mismo ritmo que el nivel general, impulsado por alzas en la hotelería debido a la temporada alta estival.
Por debajo de la media se ubica el rubro “Otros bienes y servicios” (2,1%), seguido por “Vivienda” (1,5%). En ese caso, la moderación de la suba se explica por el congelamiento de servicios públicos, de modo que el principal motor de la inflación del rubro fueron los alquileres.
“Equipamiento del hogar” e “Indumentaria y calzado” se encarecieron 0,9%, atribuido a la estabilidad cambiaria, habida cuenta de que se trata de dos rubros en los que pesan significativamente los artículos importados. Por último, “Salud” fue el único segmento que registró caídas (1,6%), lo cual se debe a la entrada en vigor del acuerdo entre el gobierno y los laboratorios, que hicieron caer un 3,7% promedio los precios de los medicamentos relevados.
Más aún, el informe del IET precisa que en los hogares menos pudientes la elevada inflación alimentaria durante el mes pasado se vio compensada con el congelamiento tarifario (ambos rubros inciden relativamente más en este estrato).
En tanto, en los hogares más adinerados, las subas en turismo y taxis se vieron compensadas con la estabilidad de precios en prepagas (que habían subido en los meses previos) y colegios privados (que repercutirán el próximo mes cuando comiencen las clases).
Además, revela que desde noviembre de 2015 para los asalariados de menores ingresos la inflación acumulada fue notoriamente más alta que para los más pudientes. La razón principal reside en la fuerte suba de servicios públicos que ocurrió entre 2016 y 2018, que incidió relativamente más en los hogares más humildes.
Fuente: La Tecla