COVID en pacientes con patologías cardíacas

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La World Heart Federation (WHF) asegura que las afecciones cardiacas se relacionan a mayores riesgos por COVID. El Dr. Alejandro Hita, del Hospital Universitario Austral, explica por qué sucede esto y cómo deben cuidarse los pacientes.

El 29 de septiembre es el Día Mundial del Corazón y la pandemia invita a que muchos estén atentos a sus patologías preexistentes. Según la WHF , las personas con afecciones médicas crónicas graves, como las enfermedades cardiacas, son más vulnerables frente al coronavirus.

El Dr. Alejandro Hita, Director del Instituto de Cardiología y Terapéutica Cardiovascular del Hospital Universitario Austral, explicó que “como en cualquier infección grave que nos afecte, el organismo debe reaccionar y para ello debe echar mano a las reservas y a una gran exigencia de todos sus órganos vitales, entre ellos está el aparato cardiovascular, y si el mismo ya tenía una reserva funcional disminuida por comorbilidades preexistentes no puede responder acorde a las exigencias del caso”.

Y sumó: “El virus tiene predilección por algunos órganos y, si bien en los cuadros graves el órgano más afectado es el pulmón, el corazón es otro de los órganos en los que se ha descripto afección por el virus. La mayor incidencia de resultados cardiovasculares en COVID-19  puede estar asociada directamente con la infección o la respuesta fisiológica a la infección y el estado de comorbilidad de fondo”.

Según estudios recientes de la American Heart Association, entre los pacientes con COVID-19 la evolución negativa de la enfermedad se relaciona directamente con la posibilidad de presentar una enfermedad cardiovascular (ECV) y con lesión del miocardio. Por tanto, aseguró el Dr. Hita, “parece razonable clasificar a los pacientes con COVID-19 0de acuerdo con la presencia de ECV subyacente y la evidencia de lesión miocárdica; pero debe quedar claro que mi riesgo de contagiarme por COVID-19 no se incrementa por ser un enfermo cardíaco”.

Las patologías cardiovasculares preexistentes identificadas que exponen al paciente a mayor riesgo si se infecta por COVID19 son:

Insuficiencia cardíaca
Deterioro en la fracción de eyección del corazón
Miocardiopatía dilatada
Miocardiopatía hipertrófica
Enfermedad coronaria y valvular (angina, infarto, angioplastia previa, cirugía cardíaca)
Displasia arritmogénica del ventrículo derecho
Cardiopatías congénitas cianóticas
Los pacientes con Síndrome de Brugada tienen más riesgo de desarrollar arritmias debido a la fiebre y los que tienen QT prolongado debido a efectos adversos de las medicaciones.
Cuidar el corazón

La pandemia, y sobre todo la cuarentena, invita a una mala alimentación, al sedentarismo o al abandono de ciertas rutinas saludables. El especialista afirmó que “es esencial continuar con el cuidado de nuestra salud cardiovascular, la patología cardiovascular continúa siendo la primera causa de muerte en el mundo y, por lo tanto, dejar el cuidado de la misma es de altísimo riesgo. Debemos tratar de mantener una rutina diaria, cumplir algunos horarios de normalidad, alimentarnos sanos e incluso con alimentos que generan protección inmunológica como las frutas secas, la dieta mediterránea, los cítricos, el pescado y las verduras, y realizar al menos una hora de ejercicio diario”.

El Dr. Hita explicó que los avances en el área han permitido identificar los factores de riesgo para trabajar sobre ellos: diabetes, hipertensión, obesidad, sedentarismo, tabaco y grasas, junto a los tratamientos médicos, por lo que “discontinuar o suspender el mismo es casi una práctica suicida”, detalló.

Consultar a tiempo

“La consulta tardía está motivando la atención de pacientes con las complicaciones graves del infarto”, especificó el Dr. Hita. Y agregó: “Estamos viendo y atendiendo pacientes que mueren de causa cardiovascular por no consultar a tiempo y por miedo al COVID-19, y fallecen sin haber tenido jamás contacto con el virus. Pacientes que, de haber consultado, estarían realizando una vida normal”.

La disminución de consultas durante la pandemia fue drástica: se produjo un descenso del 55%. Frente a este hecho, el especialista agregó: “Es probable que la letalidad por tales emergencias cardiovasculares, si hay retrasos sustanciales en el tratamiento, sea mayor que la letalidad por infección nosocomial por COVID-19”.

Durante la pandemia, no se deben retrasar las consultas ni discontinuar los tratamientos y siempre consultar al médico ante cualquier inquietud.

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