En la Ciudad de Buenos Aires los precios se dispararon todos por encima de la última inflación interanual y un salario mínimo no llega a cubrir ni un monoambiente.
Alquilar un departamento en la Ciudad de Buenos Aires puede llegar a costar casi un 90% más que hace un año. Así se desprende de un informe que relevó los precios de las viviendas en julio y subrayó que «el contexto de aceleración inflacionaria suma incertidumbre a la hora de tener que fijar valores que van a regir durante 12 meses».
Según el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), el precio promedio para los monoambientes ofertados en Capital Federal es de $49.000. Es decir que un Salario Mínimo Vital y Móvil, que en julio es de $45.540, cubre sólo el 92,9% de un alquiler. Mientras que la jubilación mínima ($37.525), es aún más insuficiente, con un 76,6% de cobertura.
La mediana de las ofertas de departamentos de dos ambientes es de $60.000 y de los de tres ambientes $85.000. En cada categoría, los precios varían en función de otras características propias (tales como antigüedad, si posee cochera, etc.) y de su entorno (infraestructura, disponibilidad de transporte, cercanía a centros comerciales entre otras).
¿Cuánto aumentaron los alquileres en el último año?
En los últimos doce meses, el costo de alquilar un monoambiente en Capital Federal aumentó 75,0%, en los departamentos de dos ambientes la suba fue de 87,5% y de 70,0% en los de tres ambientes.
Por otro lado, el último dato de inflación muestra que, para el mes de junio, la variación interanual de los precios fue de 64,0%. Por lo que todos los incrementos corren por encima del dato interanual del índice general.
Los aumentos con respecto a junio 2022 fueron de 8,9% en los monoambientes, 3,4% para los de dos ambientes y 6,3% en los de tres ambientes.
¿Cómo afecta el debate de la Ley de Alquileres en los precios?
El CESO destacó que en el debate sobre la Ley de Alquileres en el Congreso de la Nación «un sector abogó fuertemente por mejorar las condiciones para los propietarios generó incentivos para “esperar y ver”, reduciendo la oferta de unidades».
«Además, el contexto de aceleración inflacionaria suma incertidumbre a la hora de tener que fijar valores que van a regir durante 12 meses. Esto, que es un problema de la macroeconomía más allá de las condiciones contractuales, se viene traduciendo en altos valores de entrada que, con los ritmos de inflación actuales, se licúan rápidamente pero son una barrera muy significativa para ingresar en un alquiler», indicó.