A 40 años de la recuperación democrática, asume Javier Milei como Presidente de la Nación

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Tras una carrera política que en sólo dos años lo catapultó al Sillón de Rivadavia, el líder de La Libertad Avanza deberá enfrentar un desafío económico complejo que ponosticó será de «estanflación» para los primeros meses de su Gobierno. Con pronunciadas minorías parlamentarias, buscará construir mayorías en el Congreso para aprobar las leyes que considera fundamentales.

Javier Milei se convertirá este domingo en el octavo presidente ungido por el voto popular desde la recuperación democrática conseguida en 1983, de la que se cumplen 40 años, y asumirá con pronunciadas minorías parlamentarias y con el desafío de enfrentar un escenario económico que, según él mismo describió, será de «estanflación» para los primeros meses de su Gobierno.

Con 53 años, el líder libertario llega a la primera magistratura luego de una meteórica carrera política que se inició tan sólo dos años atrás, cuando fue electo diputado nacional por la fuerza que creó, La Libertad Avanza (LLA).

Milei resultó el candidato más votado en las primarias de agosto con el 29,86% de los votos; luego en las elecciones de octubre quedó segundo con casi el 30% y en la segunda vuelta de noviembre se impuso con el 55% de los sufragios, 11 puntos arriba del candidato oficialista Sergio Massa.

Con un discurso centrado en el combate a la «casta», de recorte fiscal y reforma del Estado simbolizado en la figura de la «motosierra» con la que hizo campaña electoral, Milei asumirá ante un Congreso en el que deberá buscar -desde el lunes mismo- construir mayorías que le permitan aprobar un paquete de leyes que considera fundamentales para su gestión, y para lo que llamará a sesiones extraordinarias durante el verano.

Así será la jornada de asunción de Milei

La histórica jornada de este domingo comenzará al mediodía cuando la Asamblea Legislativa reunida en el Congreso nacional reciba en el recinto de la Cámara de Diputados a la fórmula electa, conformada por Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel, para que ambos presten juramento, tras lo cual el presidente saliente Alberto Fernández le entregará los atributos del mando.

Aunque existe un cuerpo legal que impone algunas obligaciones, también es cierto que cada jefe de Estado electo ha realizado sutiles modificaciones al protocolo que se desarrolla cuando se concreta el recambio institucional.

En ese sentido, la primera y notoria diferencia será la ausencia de un mensaje a los legisladores reunidos en el Congreso: tras la jura, el Presidente saldrá a las escalinatas del edificio y desde allí pronunciará su primer discurso, ante lo que espera sea una multitud de seguidores.

Esta semana, Milei convocó a través de las redes sociales a la ciudadanía a asistir el domingo a las inmediaciones del Congreso nacional y solicitó a la gente que lleve una bandera argentina.

Respecto de los atributos, la sastrería militar tomó hace un par de semanas las medidas para la nueva banda presidencial y en los últimos días el orfebre Juan Carlos Pallarols entregó el bastón de mando a la oficina de ceremonial de la Casa de Gobierno.

Otra novedad es que se pretende acotar la transmisión televisiva «en cadena», limitándola a la jura y al discurso, mientras que el resto de la jornada será emitida por la TV Pública para que «la repitan quienes deseen», aseguraron allegados al nuevo mandatario.

Terminado el capítulo del Congreso, Milei se trasladará a la Casa de Gobierno en un auto descapotable a lo largo de la avenida de Mayo y recuperará una tradición que no se repite desde la asunción de Fernando de la Rúa.

El «Cadillac de Perón» -que se asocia erróneamente a Eva Perón por la película de Juan Carlos Desanzo- se encuentra en exhibición en el Museo del Bicentenario pero no está operativo y por esa razón Milei no lo utilizará, tal como se especuló en los últimos días, y viajará en un Valiant 3 gris.

Así conseguirá la misma postal que Raúl Alfonsín, Carlos Menem y De la Rúa, viajando a contramano por la avenida de Mayo recibiendo el apoyo de sus seguidores.

El líder libertario «quiere caminar» en algún tramo pero, por ahora, se impone el criterio de la Casa Militar y de los expertos en seguridad que desalientan esa posibilidad.

 

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