Pasará a valer entre $240 y $300. También subirán el precio del resto de los panificados. Es por el incremento de los combustible, los servicios y las materias primas, entre ellas los huevos, el azúcar, los plásticos, el papel y la levadura.
El precio del pan aumentará entre un 20% y un 25% a partir del lunes 14 de febrero, y pasará a valer entre $240 y $300 el kilo. El incremento se debe a la suba de precios de los combustible, de los servicios y de las materias primas, informó este miércoles la Federación Industrial Panaderil de la provincia de Buenos Aires.
Según explicó el presidente de la FIPBA, Raúl Santoandré, “los huevos, por ejemplo, en diez días aumentaron un 30%; el azúcar un 33%; los plásticos y el papel, un 10%, y la levadura un 35% por ciento”.
El pan, cada vez más caro
El pan es uno de los alimentos que suele estar siempre presente en la mesa de los argentinos, ya sea para el desayuno, la merienda o en las comidas principales. Sin embargo, cada vez se vuelve más difícil de comprar.
En la provincia de Buenos Aires, para llevar un kilo de pan a casa habrá que desembolsar entre $240 y $300 a partir del lunes. Mientras que las facturas, tradicionales para el desayuno o el mate de los fines de semana, costarán entre $400 y $600 la docena.
La suba de costos se traslada de forma directa al consumidor
Los panaderos justifican estos aumentos en los precios por la suba de los costos. La semana pasada, el combustible aumentó un 9% en promedio, entre ellos el gasoil, y la mayoría de las materias primas que se necesitan para la elaboración de los panificados se traslada en camiones.
El de los combustibles es uno de los precios que se mantenía congelado desde mayo de 2021, en el marco de la campaña electoral de medio término. Próximamente se aplicará también el aumento en las tarifas de luz y no se descartan nuevas subas en todos los servicios públicos, en el marco de las negociaciones que el Gobierno lleva adelante con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implica la reducción de subsidios para achicar el gasto público.
“Es una situación que nos duele porque sabemos que no puede faltar el pan en la mesa de ninguna familia argentina. Por eso siempre colaboramos con todo lo que podemos, pero la realidad es que los incrementos de precios son desmedidos y si no aumentamos también nosotros, muchas panaderías no podrán abrir sus persianas”, aseguró Santoandré.