La ballena azul, las 13 razones de Netflix, la convocatoria a suicidio masivo en 2017 liderado por un joven entrerriano. Todos, sucesos que parecen propios de la imaginería del cine.
Pero la historia puede tener otro final. “Ayúdame a ayudarte” es el eslogan que ha propuesto la Organización Mundial de la Salud (OMS) para este 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio. Porque todos pueden hacer algo por quien está en riesgo de quitarse la vida. “La persona suicida da señales de angustia antes de su intento –afirma el doctor Marcos Suffriti, jefe de Psiquiatría del Hospital Universitario Austral-. Se estima que 8 de cada 10 dan algún tipo de aviso en sus consultas médicas previas, que debemos aprender a ver. Es muy importante que el médico clínico estime en el consultorio el riesgo de suicidio de un paciente”.
Para ello, el Hospital Universitario Austral cuenta con un Protocolo de Atención para pacientes con riesgo de suicidio, que ayuda a identificar y cuidar adecuadamente a potenciales suicidas, a fin de evitar daños o incluso su muerte mientras permanezca en la institución. Se trata de un servicio organizado por el centro de Salud Mental, dedicado a la Psiquiatría de Enlace, donde trabaja un equipo de psiquiatras, psicólogos, psicopedagogos y enfermeros especializados. Las áreas que participan coordinadamente de esta tarea son el Servicio de Salud Mental, el Servicio de Emergencias e internación, Enfermería, Servicios Generales, Personal de Admisiones, de Mantenimiento y seguridad, y camilleros.
Unos 120 pacientes son atendidos cada año en el marco de este Protocolo; la media son 10 pacientes al mes, entre jóvenes y adultos. Cuando enfermeros de Emergencias o médicos en su práctica habitual detectan un paciente con riesgo suicida, se activa el Protocolo: hay entrevistas interdisciplinarias y comienza un tratamiento ambulatorio con controles periódicos, medicación psiquiátrica, psicoterapia y apoyo familiar. “Este abordaje terapéutico siempre debe ser decidido por un profesional de salud mental experimentado –afirma el Dr. Suffriti-. Si el riesgo continúa, el paciente debe ser internado en una institución especializada psiquiátrica”.
“Hablamos de una patología de comportamiento –agrega el Dr. Suffriti-. Puede haber en torno a ella abuso de sustancias, depresión, trastorno psicótico o de personalidad. La soledad y las enfermedades crónicas con mucho dolor de por medio también cuentan entre las condiciones que llevan a una persona a querer terminar con su vida. Todo intento de suicidio involucra muchas posibles causales. Por ello, trabajamos con personal altamente especializado, medicación ad hoc y psicoterapia”.
El suicidio es un enemigo silencioso pero implacable. Ataca actualmente más que las guerras: según la OMS, se quitan la vida por año en el mundo unas 800 mil personas. En 2017, el eslogan para este mismo Día Mundial de la Prevención pivoteó sobre “una muerte cada 40 segundos”. En ese contexto, Argentina ocupa el tercer lugar en la región por su alta tasa de suicidios, según informó en 2017 la OMS. “Ayúdame a ayudarte”, el suicidio se puede prevenir y las personas en estado extremo de angustia se pueden reconocer a tiempo.