Los especialistas ponen especial énfasis en la importancia de realizar controles periódicos mediante la visita al médico, la realización de mamografías y ecografías.
En la Argentina se diagnostican en promedio 2 nuevos casos por hora de cáncer de mama, el más frecuente de los tumores femeninos, que afecta principalmente a mujeres de entre 45 y 70 años.
Así se desprende de las últimas cifras disponibles de 2015 del Ministerio de Salud de la Nación sobre esta enfermedad que, detectada a tiempo, presenta un elevado nivel de curación.
Por tal motivo, los especialistas ponen especial énfasis en la importancia de realizar controles periódicos mediante la visita al médico, la realización de mamografías y ecografías.
En el marco del «Mes de Sensibilización del Cáncer de Mama», que se conmemora en octubre, Victoria Costanzo, médica especialista en Oncología Clínica y subjefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto Alexander Fleming, destacó que «entre los factores de riesgo para padecer un cáncer de mama, el principal es ‘ser mujer’, ya que es un tipo de tumor que en el 99 por ciento de los casos se presenta en mujeres».
Costanzo atribuyó la presencia del factor hereditario en solo entre un 5 y un 10 por ciento de las pacientes y reconoció otros elementos predisponentes como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y la exposición a tratamientos de radioterapia dirigida a la mama o a la administración de hormonas como estrógenos o progesterona.
A pesar de la importancia del diagnóstico temprano, se estima que aún en aquellos casos detectados precozmente, cerca de 1 de cada 3 progresará a estadios avanzados, que son aquellos en los que el tumor migra de la mama y se expande a otros tejidos u órganos del cuerpo.
El impacto psicológico y la calidad de vida
Tanto recibir el diagnóstico, como luego someterse al tratamiento del cáncer de mama avanzado, lleva implícito un impacto psicológico y en la calidad de vida muchas veces difíciles de dimensionar para quienes no atraviesan por esa situación.
El relevamiento denominado «Make your dialogue count», llevado a cabo en 2014 sobre 359 pacientes con cáncer de mama avanzado, 252 oncólogos y 234 cuidadores, todos de Estados Unidos, mostró el elevado grado de afectación tanto del diagnóstico como del tratamiento del cáncer de mama avanzado.
Entre los resultados del sondeo, llevado a cabo por la encuestadora Harris Poll y esponsoreado por Novartis, 4 de cada 10 oncólogos (42%) reconocieron el impacto emocional negativo que tiene el tratamiento sobre sus pacientes, y 3 de cada 4 cuidadores destacaron que gran parte de su rol estaba focalizado en una contención anímica y de acompañamiento.
Y entre las pacientes, el 44% reconoció sentirse inferiores como mujeres y el 44% afirmó que su tratamiento afectó significativamente su dignidad como personas.
Dependiendo de la expresión genómica del tumor, los cánceres de mama se dividen fundamentalmente en hormono independientes -RH negativo- (que incluye el llamado ‘triple negativo’ y los que presentan receptores tipo 2 del factor de crecimiento epidérmico humano -HER 2 positivo-) y los hormono dependientes, entre los cuales el más frecuente es el RH+/HER2 negativo.
«Particularmente este último representa más del 70% de los tumores mamarios», comentó Costanzo, quien también es docente de la Residencia de Oncología del Hospital Madariaga de Posadas, Misiones.
Entre las diversas alternativas para el tratamiento del cáncer de mama avanzado, hoy se dispone de opciones terapéuticas de blanco específico, lo que se conoce como ‘terapias dirigidas’, para indicar en reemplazo de la quimioterapia.
«Sin embargo, a pesar de las evidencias científicas, todavía un grupo importante de profesionales sigue indicando quimioterapia como primera opción, en algunos casos producto de prácticas arraigadas y en otros también por trabas que se interponen en el sistema de salud», insistió.
Constanzo dijo que «en la terapia hormonal, por ejemplo, se actúa con medicaciones que trabajan en forma específica sobre las células malignas, mientras que la quimioterapia afecta tanto a las cancerígenas como a las normales y genera alta toxicidad».
«Por este motivo, en ciertos subtipos de cáncer de mama, como en el hormono dependiente RH+/Her 2- en estadio avanzado, se busca iniciar el tratamiento con terapia hormonal, ya sea sola o asociada a un ‘inhibidor de la quinasa asociada a ciclinas’, lo cual permite reemplazar o al menos demorar la indicación de quimioterapia», subrayó la oncóloga.