El plazo vence este sábado a la medianoche. La expresidenta quiere que Ricardo Quintela baje su candidatura, pero el riojano, por ahora, se mantiene firme, con el apoyo del entorno del gobernador bonaerense.
Bajo un fuerte hermetismo, Cristina Kirchner y Axel Kicillof aceleraron las negociaciones para intentar acordar si habrá una lista de unidad para la presidencia del PJ
La exmandataria quiere que Ricardo Quintela se baje para ser la única candidata, pero el riojano, por ahora, se mantiene firme y cuenta con el apoyo del entorno del gobernador bonaerense.
Por lo áspero de las negociaciones, se prevé que la definición se conocería recién horas antes del cierre de las listas, plazo que vence este sábado a la medianoche. Antes, tienen previsto un encuentro entre los candidatos para presidir el partido.
La expresidenta consiguió los avales del PJ de Buenos Aires, CABA, Chaco, Catamarca, Chubut, Corrientes, Neuquén, Río Negro, Santa Cruz, San Juan, Santiago del Estero y Tierra del Fuego. Quintela los de Misiones, La Rioja, Salta y San Luis. Sin embargo, los gobernadores peronistas evitaron tomar posición. Antes del cierre de listas, ambos deberán presentar además 50.000 firmas (2% del padrón de 3,2 millones de afiliados).
Los cargos en las listas podrían ser una moneda de cambio para sellar la unidad
Primero Quintela y luego Cristina Kirchner oficializaron ante la Junta Electoral partidaria la presentación de sus listas y pidieron reserva de nombre, número y color. De no ponerse de acuerdo, sería la primera vez que se lleve adelante una competencia interna para el cambio de autoridades. Ninguno se quiere bajar.
Ambos hicieron expresa la necesidad del peronismo de convocar a todos, incluso a los que se alejaron del partido por su enfrentamiento con el kirchnerismo, pero una fracción cree que bajo la presidencia de la exmandataria ese escenario es poco probable.
Hasta que se conoció la decisión de Cristina Kirchner de ir por la presidencia del PJ, Kicillof acompañaba la candidatura de Quintela; luego eligió el silencio, igual que el resto de los gobernadores peronistas. Su entorno más cercano mantiene firme la postulación del riojano.
Para la expresidenta, conducir el partido es un doble desafío. Por un lado, es un cargo que nunca quiso mientras estuvo al frente de la Casa Rosada, a diferencia del resto de los exmandatarios peronistas; y por otro, se trata de acercar posiciones y negociar bajo la premisa de que para ir contra Milei no sobra nadie.
Aunque lo presionan cada vez con más fuerza para que baje su candidatura, el riojano ratificó sus intenciones de competir y convocó a juntar las firmas que le faltan para presentar los avales. Lo apoyan los exalbertistas, que quedaron huérfanos tras la renuncia de Alberto Fernández, denunciado por violencia de género.
