Cientos de personas acuden a los vacunatorios por estas horas para vacunarse contra la Fiebre Amarilla, previo a sus viajes de vacaciones en Brasil. En Argentina, la última epidemia fue en el año 1871 y hoy un nuevo contagio masivo de la enfermedad es posible.
El 27 de enero se cumplirán 147 años de la muerte de las primeras tres víctimas de aquella epidemia en nuestro país. Hoy son cada vez son más los países que exigen tener la vacuna contra esta enfermedad para ingresar en su territorio. Recientemente, la OMS informó que San Pablo, Brasil, se convirtió en un área de riesgo y se recomienda prevención a quienes visiten ese país.
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda y hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término “amarilla” alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
La Dra. Wanda Cornistein, Jefa del Servicio de Control de Infecciones del Hospital Universitario Austral, explicó que “sus principales síntomas son fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas, vómitos y cansancio; aunque una pequeña proporción de pacientes infectados presenta síntomas graves, y aproximadamente la mitad de estos casos fallecen en un plazo de 7 a 10 días”.
La enfermedad posee tres tipos de ciclos de transmisión, según la OMS: selvático, intermedio y urbano. En San Pablo está ocurriendo el segundo tipo de brote, en el cual los mosquitos transmiten la enfermedad a las personas que se encuentran en la ciudad luego de picar a los monos de las áreas silvestres (que son el reservorio del virus).
La OMS detalló la importancia de estas acciones ya que “desde el lanzamiento de la Iniciativa contra la Fiebre Amarilla en el año 2006 se han hecho importantes avances en la lucha contra la enfermedad en África Occidental, y se vacunaron más de 105 millones de personas en campañas de vacunación en masa. A raíz de eso, en África Occidental no se han notificado brotes de fiebre amarilla en 2015”.
Hay 47 países de África (34), América Central y Sudamérica (13) en los que la enfermedad es endémica en todo el territorio o en algunas regiones.
Según la OMS, “las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido en zonas muy pobladas y con gran densidad de mosquitos por personas infectadas, situación que se combina con una zona en la cual la mayoría de la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra”.
Sin embargo, la fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible que con una sola dosis alcanza para conferir protección de por vida, sin necesidad de contar con dosis de recuerdo. Ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
Por otro lado, un buen tratamiento de apoyo en un Hospital aumenta la tasa de supervivencia, más allá de que no hay tratamiento antivírico específico para la fiebre amarilla, según especificó el Organismo Mundial.
¿Qué es una epidemia?
Se define epidemia a la situación que se presenta cuando muchas personas de una región o país se infectan al mismo tiempo con una enfermedad, como por ejemplo la gripe durante la época invernal. Por su parte, un brote epidémico es la aparición de una epidemia en un área geográfica reducida y durante un corto lapso de tiempo. Finalmente, una pandemia es una epidemia que se extiende en distintos países y continentes. Durante una pandemia hay un alto grado de infectabilidad y un fácil traslado de la enfermedad de un sector geográfico a otro.
Entre los siglos XVII y XIX, la fiebre amarilla se expandió desde África a Europa y Norteamérica, dando inicio a grandes brotes en todo el mundo. El descubrimiento del mosquito Aedes aegypti como agente transmisor del virus fue descubierto en 1881 por el Dr. Carlos Finlay.
Más allá de la fiebre amarilla, hay diversas enfermedades que a lo largo de la historia afectaron en forma masiva a la población causando una alta tasa de mortalidad y un problema en la salud pública.
Algunos ejemplos son:
*Viruela: la pandemia que más muertos ha causado en la historia de la humanidad y que ha dejado a millones de personas discapacitadas en el mundo.
*Cólera: cuenta con tres grandes pandemias, ocurridas en el siglo XIX y epidemias muy extensas en el siglo XX cuya suma total supera los tres millones de muertos.
*Sarampión: causante de la segunda mayor pandemia de la historia. La enfermedad se conoce desde hace más de 3 mil años y su principal problema es la alta tasa de contagio.
Actualmente para combatir esta enfermedad normalmente se vacuna a los niños con la vacuna triple vírica, porque el sarampión es una de las principales causas de muerte entre los niños pequeños, a pesar de que hay una vacuna segura y eficaz para prevenirlo. En 2016, hubo más de 89 mil muertes por sarampión en todo el mundo.
*Gripe española: una de las más graves de la historia moderna porque acabó con la vida de entre el 3% y el 6% de la población mundial. Se denominó gripe española ya que fue este país el primero en informar a la población de su existencia.
*Peste negra: es una de las pandemias más conocidas debido a su asociación histórica con la edad media y siglos posteriores. Esta enfermedad requiere de las ratas como reservorio y de las pulgas como vector y fue la pandemia de peste más letal de la historia durante varias decenas de años.
*VIH: el VIH provocó en todo el mundo la muerte de más de 39 millones de personas y actualmente sigue prevalente en nuestra sociedad. Es objetivo de la ONUSIDA es la estrategia 90/90/90 para el año 2020. Esto quiere decir 90% de pacientes diagnosticados, tratados y con supresión viral.
Cuando se alcance este triple objetivo, al menos el 73% de las personas que viven con el VIH en todo el mundo tendrá supresión viral; un número de 2 a 3 veces mayor que las estimaciones actuales.
«En cuanto a nuestro país, de acuerdo con el Ministerio de Salud de la Nación, entre los fenómenos asociados a epidemias, brotes y pandemias, tienen mayor potencial de riesgo la gripe, el dengue, el zika, la fiebre chikungunya y el cólera”, finalizó la Dra. Cornistein.