«Hogar Dulce Hogar», el lugar donde las personas en situación de calle recuperan los sueños

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Desde hace menos de un año, este centro destinado a la gente en situación de calle logró cambiar la actualidad de muchas personas olvidadas por sus seres queridos. El éxito se debe gracias a la ayuda de la gente que acompañan el sacrificio de Roby Denuchi y Ruth Barrios.

Son mujeres coraje. Llenas de valentía y con ganas de cambiar la situación de muchas personas, en su mayoría hombres, que buscan un lugar donde dormir y comer. Pero no sólo se trata de brindar una cama y un plato de comida caliente. «Hogar Dulce Hogar» es un sitio que va más allá de esto. Tiene como objetivo recuperar a la persona, prepararla y reinsertarla a la sociedad. Para lograr este objetivo están Ruth Gisele Barrios y Carla Denuchi. Ambas acompañadas por Roby Denuchi y un equipo de trabajo que integran profesionales y gente que colabora en el día a día.

«Esto que llevamos adelante es sin ayuda oficial. Sólo ayuda de la gente, a pulmón. Tenemos muchos amigos comerciantes que nos ayudan con comida. Nosotros hacemos rifas o bingos y así vivimos el día a día. Mucha gente que dona ropa y, como a veces recibimos mucha ropa, decidimos también recorrer los barrios y entregar en los hogares más carenciados.  Pero no sólo hacemos esto con nuestros vecinos. También recorremos otras provincias. Fuimos a Tucumán y nos quedamos sorprendidos con la gente que fue a buscar una prenda de vestir. No nos alcanzaba para poder solucionar esta necesidad de tantas personas y familias», dice Ruth Barrios.

Las sensaciones son similares aunque los protagonistas son diferentes. Es que el entregar un par de ojotas, zapatillas, una remera o pantalón los llena de alegría y genera satisfacción al saber que están realizando una obra de bien.

Carla Denuchi es también responsable dentro del hogar. Sabe que además del plato de comida o una cama, la gente necesita de otras cosas: «Acá se les da mucha contención. Todos son personas en situación de calle y 2 veces por semana se arma un grupo de psicología social del hogar. Somos 4 personas que colaboramos y estamos trabajando para brindar información sobre HIV. Contemos a la gente pero tratamos a cada uno de ellos en materia de salud. Se les hacen estudios, se les compran los medicamentos, esto es esfuerzo permanente».

Uno de los temas que crece día a día en la sociedad es la violencia de género. Y sobre esto se debate o se charla sumando otros problemas que aquejan a la gente como es la adicción a las drogas. Se generó un espacio en donde cada uno de los psicólogos se especializa en un tema central. Y ante cada charla brindada en el hogar hay oportunidades en las que se suman los vecinos interesados en escuchar a los profesionales.

«Hogar Dulce Hogar» es una gran familia, aseguran Ruth y Carla. Y tienen razón.  «Hay muchas personas que recibimos diariamente. Con muchos problemas. Pero también tenemos muchas alegrías que son producto del trabajo que realizamos pero también de la persona que se deja ayudar y quiere salir de las peores situaciones.Tenemos el caso de Leo que se reconcilió con la mujer y consiguió trabajo luego de superar un problema de adicción. Richard es otro de los casos. Estuvo 6 meses y sufrió un ACV.  Lentamente fue superando esa complicación y hoy logramos conseguirle una pensión y puede alquilar y pagar tratamiento. Son algunos de los ejemplos que progresaron. Pero así como se van entran otros con inconvenientes similares», dice Ruth, esposa del dirigente peronista Roby Denuchi.

Hay casos que son muy particulares. Tal es el caso de un ciudadano peruano que fue llevado por la policía al hogar al encontrarlo deambulando sin rumbo por las calles. El hombre sufría pérdida de memoria como consecuencia de golpes recibidos en la cabeza. Luego de asistirlo desde el hogar se pusieron en campaña y pudieron dar con los familiares directos en Perú. Y así poder unir a una familia dividida por la distancia y la falta de memoria.

«Nos involucremos mucho en cada caso y eso nos llega demasiado. Nos pone muy feliz que cuando algunos se van de aquí con trabajo o porque recuperaron a la familia se acuerden de nosotras.  Es porque logramos reinsertarlos a la sociedad. Nos duele que desde el municipio no nos brinden la ayuda necesaria. Es mucho esfuerzo diario. Pero sacamos valor con sólo pensar que quizás algunos de estos hombres fuesen nuestros  abuelos o padres. Y no podemos olvidarnos de la ayuda de la gente. Muchos preguntan cuando pueden colaborar y lo hacen sin pedir nada a cambio», dicen ambas mujeres mirándose y asintiendo con la cabeza al mismo tiempo.

Detrás de todo este trabajo vive un sueño compartido. No es muy difícil de adivinar. Ruth y Carla, como el resto del equipo, sueñan con que cada uno de estos hombres puedan ser aceptados nuevamente. Que puedan salir adelante y volver a tener una familia. Pero que fundamentalmente «Hogar Dulce Hogar» sea un lugar de tránsito para que alguna vez no haya más personas en situación de calle u olvidadas.

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