Los niveles de cobertura de la inmunización deberían estar por encima del 95%. Dos expertas afirman que son datos preocupantes y explican las razones del descenso
En la Argentina hay 16 vacunas dentro del Calendario Nacional. Son obligatorias, gratuitas y se aplican en vacunatorios, centros de salud y hospitales públicos del país. Otras dos (la de la fiebre amarilla y la fiebre hemorrágica argentina) se aplican en zonas de riesgo.
Sin embargo, de acuerdo con el último informe de la Unicef y la Organización Mundial de la Salud las coberturas de inmunización vienen en descenso desde 2019, antes de la pandemia por el coronavirus. Desde 2020 en adelante, los niveles de coberturas siguieron bajando. En 2023 ninguna de las coberturas de inmunización superó el 90% de la población objetivo.
El año pasado, la cobertura con la vacuna BCG solo alcanzó al 69% de la población objetivo. Esas dosis previenen las formas graves de tuberculosis como por ejemplo la meningitis u osteomielitis y se deben aplicar en niñas y niños recién nacidos. Es solo una dosis, antes de egresar de la maternidad.
En 2019 ya la cobertura de la BCG no era óptima: había bajado a 85%. Al año siguiente, pasó al 75%, y luego fue descendiendo hasta el 69% del año pasado.
La primera dosis de la vacuna triple viral se debe aplicar a los 12 meses. La segunda dosis se da a los 5 años. Las coberturas con esas dosis también fueron bajando desde 2019 hasta ahora.
En 2023, la cobertura de la primera dosis de triple viral solo llegó al 80% de la población. La cobertura de la segunda dosis solo fue para el 54% de los niños de 5 años que debían recibirla.
En tanto, la vacuna quíntuple previene la difteria, el tétanos, la tos convulsa o coqueluche, la infección por la bacteria Haemophilus influenzae tipo b y la hepatitis B. Según el calendario, la primera dosis es a los 2 meses de vida y la tercera a los seis meses.
Según los datos de Unicef y OMS, la cobertura de la quíntuple estaba en el 83% de la población en 2019, bajó al 74% en 2020, subió a 81% y 84% en los dos años siguientes, pero volvió a descender el año pasado. Solo el 66% de los niños que debían recibirla accedieron a la dosis.
Las razones del descenso en el registro de las coberturas de inmunización son múltiples. La doctora Daniela Hozbor, científica del Instituto de Biotecnología y Biología Molecular, que depende del Conicet y la Universidad Nacional de La Plata y es miembro de la Comisión Nacional de Inmunización (CoNaIn), comentó: “Los datos publicados por Unicef y OMS son preocupantes. Las metas que deben alcanzar las coberturas de todas las vacunas del calendario están por encima del 95%. Esas metas dependen del objetivo de la vacunación, de la eficacia de la vacuna y la contagiosidad de la enfermedad”.
Para la especialista, “las razones del descenso de las coberturas son varias. El problema no solo está ocurriendo en la Argentina. Uno de los factores es la pérdida de la confianza en la vacunación por parte de algunos sectores de la población. También hay personal de la salud que no las recomienda. Una buena comunicación y mayor educación sostenida en el tiempo sobre la importancia de la vacunación podría revertir el problema de las barreras en el acceso a la vacunación hoy”.
Ante la reducción de las coberturas, “hay más riesgo de brotes de las enfermedades que son prevenibles por las vacunas. La inmunización es un escudo y al no tener altas coberturas se pierde”, dijo Hozbor.
A nivel mundial, la cobertura mundial de inmunización infantil se estancó en 2023. Eso dejó a 2,7 millones de niños adicionales sin vacunar o subvacunados en comparación con los niveles de 2019, antes de que se produjera la pandemia por el coronavirus.
El año pasado, el número de niños que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP) se estancó en el 84%. Es decir, fueron 108 millones que solo accedieron a esas dosis.