En los últimos días comenzaron a conocerse las primeras encuestas que analizaron el impacto de los hechos y parecen coincidir en un punto: la opinión pública ya juzgó, antes que la propia Justicia, y la imagen de la expresidenta no parece mejorar, independientemente de los hechos.
Según las tres encuestas, la Vicepresidenta mantiene altos niveles de imagen negativa y la variación entre la medición de agosto, previo al atentado, y de septiembre, posterior al ataque, fue marginal.
Synopsis inició su trabajo de campo el 7 de septiembre, una semana después de que Fernando André Sabag Montiel le gatillara en el rostro a Cristina Kirchner y cuando la Justicia ya había comenzado a avanzar sobre él y su entorno. El mes pasado, la titular del Senado tenía una imagen positiva del 23,4%, contra un rechazo del 72,6%. Este mes, la imagen positiva fue 24,3% y la negativa 70,3%.
Según el relevamiento de Giacobbe (del 6 al 8 de septiembre), el 20.1% tiene una valoración positiva de la Vicepresidenta, el 5.4% regular y el 72.4% negativa (en agosto era 18.4%, 5.9% y 73.8%).
Management & Fit comenzó el relevamiento el día posterior al atentado y lo concluyó el 13 de septiembre: la imagen positiva de Cristina Kirchner fue 29,1% y la negativa, 64,6%.
“Más allá de lo que hayan comenzado a instalar y de la notoriedad del tema, no modificó las chances electorales ni la imagen. En la Ciudad de Buenos Aires la imagen negativa llega al 70.6% y en la en la Provincia sigue en 58,8%. No le mejoró, no generó empatía, mucha gente sospecha de cómo fue la situación”, señala Mariel Fornoni, de M&F.
“No cambió nada. La gente decide creer antes que saber, y cae en los sesgos preexistentes.”, afirma Jorge Giacobbe.
“En la composición general de imagen son cambios marginales. Es difícil, con esta variación, plantear que hubo un impacto positivo sobre la figura de Cristina. Al contrario, la composición de imagen permite entender el resto de los resultados que son sorprendentes”, analiza Lucas Romero, director de Synopsis.
Las causas y los responsables del ataque a Cristina Kirchner, según las encuestas
Romero se refiere a unas serie de preguntas que hizo su estudio sobre la percepción del ataque a la Vicepresidenta:
- El atentado lo motivaron discursos de odio: el 61% opinó que no estaba de acuerdo con la afirmación, el 7% poco de acuerdo, el 27% entre totalmente y bastante de acuerdo.
- El atentado lo planearon sectores afines para victimizarla: el 60% se manifestó entre totalmente y bastante de acuerdo, solo el 32% entre nada y poco de acuerdo.
- El atentado bajará la confrontación entre oficialismo y oposición: el 86% lo consideró improbable.
- Por el atentado se debe suspender el juicio contra CFK por Vialidad: el 88% rechazó la idea.
- La oposición busca proscribir a Cristina de la elección presidencial: el 64% se manifestó en desacuerdo y solo el 32% entre totalmente y bastante de acuerdo.
Inmediatamente después del ataque, el Gobierno había señalado a los “discursos de odio” de la oposición, los medios y la Justicia como el elemento clave que desencadenó el atentado.
Synopsis también le consultó a sus encuestados quién o quiénes pensaban que estaban detrás del atentado: el 57,6% consideró que fueron “sectores políticos afines al oficialismo”, el 21%, “sectores políticos opositores”, y el 21,4%, “personas marginales detrás de fama o repercusión”.
Los resultados son similares en el resto de las encuestas. Según Giacobbe, el 17.5% consideró que el ataque “fue organizado por la oposición”, el 15.9% que “es obra de un loco suelto” y el 65.1% que se trató de “un montaje del Kirchnerismo”.
En Management & Fit, entre una amplia gama de opciones, la principal apuntada fue “los discursos y el accionar por parte de dirigentes del oficialismo”.
“Hay que tomarlo como un síntoma, habla del estado de situación del vínculo entre Cristina y una porción importante de la opinión pública. El hecho de estas características no modifica su imagen, es más, el hecho se acomoda a esa circunstancia. Si tengo una imagen negativa de Cristina no puedo concebir verla en una situación de víctima que genere empatía. Es un rasgo de los tiempos de la posverdad: lo que pierde fuerza en la construcción de la verdad son los hechos”, señala Lucas Romero.
“Hay que concluir que es un emisor imposibilitado de comunicar un mensaje. Lo que le pasó a ella es un mensaje. ¿Es creíble un hecho en el que ella es víctima? No es creíble. Están las imágenes, los videos, los autores, los chats, está todo. No puede comunicar el mensaje de que fue víctima, aunque es básico, esencial y esté sostenido en hechos. La gente quiere tener razón, no conocer la verdad. Los hechos se acomodan a la razón que la gente quiere tener”, agrega el director de Synopsis.
Con el atentado parece suceder, según la mayoría de las encuestas, algo similar a lo que sucede con la percepción que la opinión pública tiene sobre el juicio oral que investiga a la Vicepresidenta por supuesta corrupción con la obra pública: la mayoría la juzgó culpable.
“Últimamente, en todos los casos, la opinión pública tiene un veredicto que es previo a la Justicia. Después la Justicia te puede o no dar la razón”, concluye Fornoni.