Día Mundial de la Visión: claves para prevenir y reducir a la mitad la ceguera evitable

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En el mundo existen 253 millones de personas discapacitadas visuales, de los cuales, algunas causas podrían ser evitadas. La Dra. Anahí Lupinacci, especialista del Hospital Austral, se refirió a las principales iniciativas para prevenir y detectar los problemas visuales.

El jueves 12 de octubre es el Día Mundial de la Visión y el objetivo es dar a conocer datos de prevalencia de ceguera y deficiencia visual, sus causas y su proyección al año 2020, con el fin de sensibilizar a las autoridades de salud y a la comunidad en la necesidad de abordar tema de salud visual.

La Dra. Anahí Lupinacci, médica del staff de Oftalmología del Hospital Universitario Austral, explicó que “nos acercamos al año 2020 pensando en el objetivo del programa Visión 2020 que consiste en reducir a la mitad la ceguera evitable». Y agregó: «Por eso es tan importante este día: para dar a conocer a la población la magnitud del problema de la deficiencia visual en Argentina; fomentar la educación comunitaria básicamente en el autocuidado de los casos diabéticos; y priorizar la atención de la población más vulnerable como niños, ancianos y diabéticos, sugiriendo estrategias de manejo así como una rehabilitación visual en caso de baja visión con remanente visual”.

En la Argentina, según el Altas de la visión desarrollado por la Agencia Internacional de Prevención de Ceguera (IAPB), al 2010 había una prevalencia de discapacitados visuales del 7,5% (836.826 personas). Con respecto a los ciegos, se reportaron ese año 139.716, lo que corresponde a una prevalencia del 1,2%.

Por su parte, en el mundo hay 36 millones de ciegos y 217 millones de personas con deficiencias visuales, sumando unos 253 millones de personas discapacitadas visuales, de los cuales, algunas causas podrían ser evitadas.

“En Latinoamérica, al igual que en Argentina, existe el recurso humano que son los oftalmólogos, aunque mal distribuido porque existe una mayor densidad en las grandes ciudades, pero se cuenta con pocas estrategias concretas para combatir la lucha contra la deficiencia visual”, explicó la especialista.

El Hospital Austral trabaja en conjunto con la Fundación Mc Donalds en Atención Primaria de la Salud en diferentes barrios necesitados de Pilar y el conurbano, así como también en otras provincias.

En cuanto a los factores que influyen en los problemas visuales, la causa principal de ceguera en América Latina es la catarata no operada (18,31%), seguida del glaucoma y la retinopatía diabética. Vale mencionar que estas patologías son prevenibles y evitables, siempre y cuando se acceda a un servicio de salud y las personas sean diagnosticadas a tiempo y tratadas.

“La causa principal de la discapacidad visual son los errores refractivos no corregidos (miopía, astigmatismo, hipermetropía), porque no consultaron a tiempo a un oftalmólogo y no hubo un desarrollo visual correcto. Esto se da en centros urbanos con mayor pobreza y en la áreas rurales con difícil acceso al sistema de salud”, explicó la Dra. Lupinacci.

La detección de los errores refractivos es importante sobretodo en niños, para su corrección y posterior buen desarrollo de la visión. Además, un buen desarrollo visual en niños está relacionado con la actividad escolar de aprendizaje.

“Comparados con Latinoamérica, nuestra población cuanta con mejor accesibilidad a servicios tanto públicos como privados para tratar por ejemplo la catarata, que es la principal causa de ceguera tratable”, aseguró la especialista.

El Hospital Universitario Austral forma parte de las campañas de detección de glaucoma (en marzo) y retinopatía diabética (en noviembre o diciembre), ambas organizadas por el Consejo Argentino de Oftalmología en todo el país.

En el marco de estas iniciativas, inclusive pacientes sin recursos, prepagas u obras sociales pueden acceder a un control para la detección de patologías principales prevenibles y tratables.

En cuanto a los controles puntuales, los diabéticos deben realizar el control de fondo de ojos con un oftalmólogo una vez por año, a menos que el profesional le aumente la frecuencia de control.

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