Lo hizo en el marco de la inauguración del 39° período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que encabezó en el Centro Cultural Kirchner (CCK) junto a representantes internacionales, entre ellos Antonio Guterrez.
El presidente Alberto Fernández planteó la necesidad de combatir y erradicar los discursos de odio, y propuso repensar los modos de comunicación e información. Lo hizo en la inauguración del 39° período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) que encabezó en el Centro Cultural Kirchner (CCK).
«Es importante coordinar acciones regionales para enfrentar los discursos de odio motorizados por algoritmos que generan adicción digital, dificultan el diálogo entre quienes pensamos diferente y debilitan la convivencia democrática», desarrolló, y agregó: «Aprovechando la desazón que generó la pandemia y los efectos económicos de la guerra, los discursos extremistas y violentos han proliferado. Encontraron tierra fértil para transformar los reclamos legítimos por mejores condiciones de vida en un discurso contra la política que pone en jaque a la misma democracia. Se trata de palabras que han ido ganando espacio y que naturalizan expresiones y acciones violentas».
El Presidente hizo eje en la virtualidad, el uso de las redes sociales y el desarrollo de fake news, al tiempo que aclaró que «repensar la cuestión no busca poner en juego la plena vigencia de los derechos individuales, del derecho a la información o los principios que fundamentan la libertad de expresión».
Durante su discurso, el mandatario denunció además la desigualdad existente en las sociedades, agravada producto del impacto negativo de la pandemia en la economía y las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania. «La desigualdad que enfrentamos es consecuencia directa de quienes pugnan por un Estado ausente que deje en manos del mercado la solución de aquella desigualdad», expresó.
En la misma línea, planteó: «En esta coyuntura, los problemas se agudizan. Se agravan las dificultades de logística sobre las cadenas de valor, con un fuerte impacto en el precio de la energía y los alimentos».
Con eje en la integración productiva y el trabajo coordinado, Alberto Fernández habló de la compleja coyuntura internacional en la que se enmarca el 39° periodo de sesiones, y pidió avanzar en la creación de trabajo y potenciar la producción de bienes y servicios a través del desarrollo científico y tecnológico.
Asimismo, el mandatario destacó la instancia ofrecida por la CEPAL al tiempo que afirmó: «Nuestros pueblos necesitan soluciones ya y el “documento núcleo” que nos presenta la CEPAL plantea ejes de trabajo muy valiosos».
En base al documento elaborado de forma conjunta por el organismo internacional, el jefe de Estado planteó la necesidad de reducir la brecha ecológica a través del impulso de políticas que «faciliten la transición hacia las energías renovables y desarrollar cadenas de valor en torno al litio, al hidrógeno y otros minerales estratégicos que nos permiten la generación de nuevas energías, es una oportunidad que tenemos y no debemos desperdiciar».
También, informó que América Latina y el Caribe puede «convertirse en líder mundial en la producción de hidrógeno bajo en carbono», y enfatizó en trabajar en la búsqueda de fuentes de financiamiento de parte de los principales Organismos Multilaterales de Crédito para concretarlo. «Necesitamos recursos para que la transformación que planteamos pueda materializarse», declaró.
El Presidente volvió a apuntar además contra los países emisores de carbono, a los que señaló como los responsables del cambio climático, y pidió que la región «debe ser aliviada del esfuerzo» por no ser «generadora de la crisis».
En otro de los pasajes, el mandatario abogó por la igualdad de género como clave para avanzar en la construcción de sociedades inclusivas, y llamó a una reflexión colectiva para avanzar en la puja redistributiva. «Venimos de perder millones de vidas como consecuencia de una impiadosa pandemia. ¿Es justo que la fortuna de solo 10 hombres represente más que los ingresos del 40 por ciento de la población global?», se preguntó de cara al auditorio colmado de funcionarios, entre ellos varios de sus ministros.
«Fue en la pandemia cuando la riqueza concentrada en el mundo central se exhibió con toda impudicia. Y fue en la pandemia cuando la pobreza y marginalidad distribuida en la periferia en la que se ha convertido el hemisferio sur solo reveló su impotencia. Esa desigualdad ya mostró su capacidad de daño. La pandemia se ha cobrado cuatro veces más vidas en los países más pobres que en los ricos», concluyó.