Crece en el mundo el apoyo a liberar las patentes de las vacunas contra el coronavirus

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Tras el giro de Estados Unidos planteado por Joe Biden ante el Congreso de ese país, los presidentes de Rusia y Francia se mostraron a favor de la propuesta que ya contaba con el apoyo del papa Francisco y numerosas organizaciones humanitarias.

Francia y Rusia se sumaron este jueves a Estados Unidos y apoyaron una exención de las patentes de las vacunas contra el coronavirus para ayudar a países de menores recursos a conseguir más dosis y acelerar la inmunización en medio de un agravamiento de la pandemia, pero el rechazo de Alemania puso en duda la viabilidad de esta iniciativa.

El giro del Gobierno de Estados Unidos de apoyar una suspensión temporal de las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la propiedad intelectual de las vacunas cayó como una bomba en medio de un debate que se remonta a varios meses y en el que la Argentina había sido un claro defensor de la exención.

Aunque activistas celebraron la nueva postura de Estados Unidos, que hasta ayer se había alineado con países desarrollados que rechazaban la idea propuesta por India y Sudáfrica en octubre pasado, la industria farmacéutica puso el grito en el cielo.

El apoyo de Estados Unidos y Francia, dos países con grandes compañías de biotecnología, y Rusia, una potencia estatal en el desarrollo de vacunas, es importante, pero todavía quedan muchos obstáculos por superar, como el rechazo de Alemania, otro peso pesado de los productos farmacéuticos, químicos y de biotecnología.

El papa Francisco ya había dado su bendición a la idea y el presidente de la Pontificia Academia para la Vida, monseñor Vincenzo Paglia, dijo hoy a Télam que el Vaticano celebraba la «sabia decisión» del mandatario estadounidense, Joe Biden.

La atención se centraba hoy en las naciones más ricas, sobre todo las de la Unión Europea (UE).

Francia fue la primera en manifestar su apoyo, y después vino Italia, pero Alemania echó agua fría sobre la propuesta, aunque se dijo «abierta» a discutirla.

«Estoy completamente a favor de la liberación de la propiedad intelectual», dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, en París.

Sin embargo, poco después, desde Berlín, el vocero de la canciller Angela Merkel le bajó el pulgar a la sugerencia.

«Tiene importantes implicaciones para la producción de vacunas como un todo», afirmó Steffen Seibert y añadió que «la protección de la propiedad intelectual es una fuente de innovación y debe seguir así en el futuro».

En Moscú, en tanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, también dio su espaldarazo a la idea.

«Por supuesto, Rusia apoyaría una idea así», dijo Putin.

Macron, sin embargo, también expresó sus dudas -así como hicieron las grandes compañías farmacéuticas- de que la idea sea la panacea.

El mandatario francés destacó que, incluso con una exención de las patentes, las compañías productoras de medicamentos de países como los de África no están equipadas como para hacer vacunas contra la Covid-19, así que por ahora se debería priorizar las donaciones.

Otro escollo más importante es el hecho del consenso que requieren todas las decisiones de la OMC, que pueden ser bloqueadas por cualquiera de los 164 Estados miembro del organismo de comercio de la ONU, con sede en Ginebra.

La presidenta de la Comisión Europea (CE), el Ejecutivo de la UE, dijo que el bloque de 27 países, que mañana arranca una cumbre de dos días en Porto, Portugal, estaba listo para discutir la propuesta de Estados Unidos, pero no llegó a respaldarla expresamente.

«Estamos dispuestos a discutir cómo la propuesta de Estados Unidos de una suspensión temporal de la protección de la propiedad intelectual de la vacunas contra la Covid-19 podría ayudar» ante la crisis mundial, dijo, informó la agencia de noticias AFP.

Sus declaraciones se hacen eco de las de la industria farmacéutica global, que insisten en que una solución más a la mano es que los países ricos donen a los pobres las vacunas que tienen almacenadas.

Los laboratorios también dicen que la producción de las vacunas es muy complicada y que no puede aumentarse solo aliviando las leyes de propiedad intelectual.

En cambio, alegan, reducir los obstáculos en la cadena de suministro o la escasez de insumos para la producción de vacunas son ahora cuestiones que requieren una solución más urgente.

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