Mariano Werner logró el bicampeonato en un final polémico en El Villicum

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En la última carrera del año, el entrerriano Werner (Ford) se consagró campeón como en el 2020. El uruguayo Mauricio Lambiris (Ford), que también peleaba el título, presentó una queja, por un toque de Germán Todino en la octava vuelta cuando iba al frente del pelotón, que no prosperó.

El entrerriano Mariano Werner, con Ford, se consagró este domingo bicampeón de Turismo Carretera (TC) en El Villicum, en el departamento de Albardón de San Juan, tras un final polémico por un toque del ganador, el bonaerense Germán Todino (Torino) al uruguayo Mauricio Lambiris (Ford), que salió segundo y necesitaba triunfar para lograr el título, que opacó la emotiva despedida de la actividad del séptuple campeón, el saltense Guillermo Ortelli.

La final del TC, pactada a 20 giros al trazado sanjuanino de 4.620 metros, tuvo todos los condimentos para que el comisariato deportivo de la ACTC trabajara a destajo para confirmar la clasificación, ya que hubo una denuncia del uruguayo Mauricio Lambiris (Ford) contra el ganador, el bonaerense de Rivera, Germán Todino (Torino).

La suerte en las series fue dispar entre los tres principales candidatos a la lucha por el título, Mariano Werner, Mauricio Lambiris, ambos con Ford, y Agustín Canapino, con Chevrolet, primero, segundo y tercero, respectivamente, en la tabla de la Copa de Oro.

El uruguayo Lambiris fue el ganador de la segunda serie clasificatoria, y lo posicionó para largar en la primera fila de la final, junto al triunfador de la primera batería, el bonaerense Germán Todino (Torino).

Los otros dos postulantes al título, Agustín Canapino y Mariano Werner, culminaron terceros en la segunda y tercera manga, en posiciones expectantes en la grilla de largada de la final.

Cuando se apagó el semáforo en la larga recta del Villicum, picó en punta Lambiris y pegado a su cola el joven Germán Todino (21 años recién cumplidos), y lo acosó varias vueltas y le mostraba la trompa de su Torino en cada curva, pero el uruguayo se mantenía firme al frente.

La lucha de Canapino y Werner era intensa para ganar posiciones, sobre todo para el arrecifeño, que necesitaba descontar muchos puntos y terminar varios puestos delante del entrerriano y el uruguayo.

Promediando la carrera, en una de las últimas curvas del trazado sanjuanino, Todino quiso sacar al auto tras un acercamiento a Lambiris, y rozó con la trompa de su Torino la cola del Ford del oriental, y eso fue un golpe de escena fundamental.

Dos o tres vueltas después, Todino superó la resistencia de Lambiris, que en principio se temió por la integridad de un neumático trasero (pidió a su box que tengan preparada uno de repuesto), y también si la trompa del Torino iba a aguantar sin romperse toda, ya que si eso ocurría debía ingresar a boxes a cambiarla.

De no haber ocurrido el incidente con Todino, Lambiris marchaba firme a ganar la carrera y, nada menos que el primer campeonato para un extranjero en el TC, que no era poco, porque a Werner no le alcanzaba para defender su título.

Precisamente Canapino y Werner se encontraron en pista y el arrecifeño superó al entrerriano con roce incluido, y entre ellos se intercalo Luis José Di Palma con su Ford, quien tuvo con Werner varios encontronazos en carreras pasadas.

Tras la bandera a cuadros, los festejos en el equipo de Omar «Guri» Martínez, no se hicieron esperar, mientras que el dueño del equipo para el que corre Mauricio Lambiris, Laureano Campanera, se dirigió raudamente al móvil que ocupan los comisarios deportivos de la ACTC.

Pero la denuncia del equipo LCA de Campanera, no prosperó, tras analizar videos de los autos y si el toque perjudicó el rendimiento del Ford de Lambiris, y la clasificación fue confirmada por la ACTC, lo que le permitió a Mariano Werner, que finalizó noveno, alzarse con su segundo campeonato de TC.

Antes del caótico final, el séptuple campeón de TC, el saltense Guillermo Ortelli, le dijo adiós al automovilismo y al TC, donde corrió 28 temporadas cargada de éxitos en la popular categoría.

Desde que puso en marcha su Chevrolet, Ortelli irrumpió en llanto varias veces, y cuando se dirigió a la grilla, fue escoltado por sus rivales, y al paso por las tribunas hasta la hinchada de Ford lo ovacionó en clara muestra de respeto y admiración, y fue homenajeado en la grilla por las autoridades de la ACTC y la gobernación de San Juan.

Fueron muy emotivos los abrazos con sus colegas, de todas las marcas, y algunos le decían cosas al oído, como el «Tanito» Leonel Pernía, que lo hacían emocionar y llorar a la vez, como lo hizo tras el apretón de Agustín Canapino, quien lo invitó a Ortelli a unos 200 kilómetros del Súper TC2000, y los ganaron con un Chevrolet Cruze

Ortelli llegó a las 400 carreras dentro del Turismo Carretera, y fue todo un récord para el piloto de Salto que tiene siete títulos dentro de la categoría.

Debutó en una edición de las «2 Hs de TC» en el autódromo de Buenos Aires en 1994, y en esa oportunidad compartió la butaca del Ford de Fabián Andrés Acuña, y fue un estreno triunfal porque se llevaron la victoria.

En 1995 comenzó como titular en otro Ford y en la temporada 97 comienza su relación con la marca Chevrolet donde nunca más la abandonó, y el saltense se convirtió, para los hinchas del «Moño», en el ídolo máximo.

Ganó en 32 oportunidades y subió al podio 98 veces, y Guillermo Ortelli fue el primer campeón con sistema de etapa regular y Copa de Oro.

En la tabla de mayores campeones del TC se encuentra segundo detrás de Juan Gálvez que tiene nueve títulos, y corrió 28 temporadas en la categoría.

En tanto que el bragadense Kevin Candela (Ford) sumó la victoria clave que necesitaba para ser nuevo campeón del TC Pista, además de quedarse con la Copa de Plata, tras un final espectacular como ajustado en la última carrera del año, disputada en el autódromo de El Villicum de San Juan.

En segundo lugar finalizó el neuquino Lautaro De La Iglesia (Dodge) y tercero fue el entrerriano Agustín De Brabandere ((Ford).
La diferencia entre los dos primeros en el cierre de la carrera fue de 10 milésimas, en un final como se dice en el turf, de bandera verde.

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