Su irrupción como candidato complica las estrategias de polarización de Macri y Cristina Fernández, que podrían perder contra el exministro en el balotaje. Internas, armado y números detrás de una tercera opción que se consolida.
Sandalias y medias. No hace falta decir nada más para que quienes siguen de cerca el mundo de la política relacionen tal combinación con Roberto Lavagna.
El extravagante look que eligió el exministro de Economía para meterse de lleno en la contienda electoral 2019 logró su cometido, aunque no quedó del todo claro si fue hecho a propósito o no.
Según su propio hijo, Marco Lavagna, quien suena para ser el candidato del Frente Renovador en la Ciudad de Buenos Aires, la elección de la vestimenta de su padre fue absolutamente casual. “Mi viejo se viste así siempre, porque las chancletas le raspan los dedos. Yo no las uso porque mis hijas me matarían”, reconoció en una entrevista radial.
Lo cierto es que desde entonces, Roberto Lavagna quedó en el centro de la escena. Y bien dicho está “el centro”, porque actualmente es considerado como la mejor opción para vencer la polarización. Por eso es un problema tanto para Cambiemos como para el kirchnerismo.
“Si Lavagna está en el balotaje, le gana a Macri o a Cristina”, se entusiasman en Alternativa Federal. Lo curioso es que eso mismo lo plantean muchos dirigentes del oficialismo, para quienes la aparición del exministro está lejos de ser una buena noticia, por la posibilidad de que divida al peronismo, sino que es el rival a temer, porque junta votos de los dos lados de la grieta.
Sencillo: si en noviembre, la opción fuese Roberto o Cristina, los votos de Mauricio se inclinarían mayoritariamente por Roberto. Y si fuera Roberto o Mauricio, el primero se llevaría el grueso de los sufragios obtenidos por Cristina en octubre.
Para que eso suceda, claro está, tiene que llegar a segunda vuelta. Quienes ya trabajan para que así sea saben que necesitan del apoyo de Alternativa Federal. “Es su espacio natural”, aseguran en su entorno a La Tecla.
Dentro de este frente, también conocido como “panperonismo” o “peronismo no K”, hay, por supuesto, otros actores que ya se anotaron para competir: Sergio Massa, Miguel Angel Pichetto y Juan Manuel Urtubey. “Ahí, el único con números es Massa. Pichetto se corre sin drama, y Urtubey está muy para abajo”, reconocieron desde el lavagnismo. En este sentido, el primer obstáculo a vencer es el tigrense, quien, por ahora, nada quiere saber con dar un paso al costado. “Lavagna mide menos de la mitad de Sergio. Está apenas un punto arriba de Urtubey. En unas PASO, lo destroza”, disparó un diputado del Frente Renovador, quien, además, resaltó la falta de estructura del exministro de Economía para, siquiera, superar las internas en Alternativa Federal.
“El duhaldismo le está armando la campaña con la vieja política. El furor detrás de Lavagna lo instalaron los medios como un plan B ante la derrota de Macri. El tema es que Massa no les da garantías a los medios hegemónicos”, planteó el legislador.
Pero en el hipotético caso de que Lavagna se alce con una victoria dentro de Alternativa Federal, eso no supone que llegará a la segunda vuelta. Hoy, todas las encuestas ubican en primera posición a Cristina Fernández de Kirchner, quien, como todos los demás, no confirmó si jugará o no.
En su último congreso, en el microestadio de Ferro, el PJ invitó al sector de Massa y compañía a conformar un gran frente opositor para vencer a Cambiemos en las urnas. El propio tigrense reconoció que se debe una charla con Cristina Fernández, y hasta llegó a deslizar que si la exmandataria se presenta para la Presidencia, él daría un paso al costado. Pero no tomaría la misma actitud si quien se sube al ring electoral es Roberto Lavagna sin que Cristina se muestre en el mismo cuadrilátero.
En ese caso, Massa está convencido de que tiene chances en una interna, fundamentalmente por la base que posee en la provincia de Buenos Aires.
En tanto, desde el entorno de Lavagna creen que, con un mes de exposición mediática alcanza para que, en las primeras dos semanas de mayo, el impacto pueda medirse en encuestas nacionales, y también, sectorizadas por región. Esos números marcarán no sólo la pauta de dónde está parado el candidato, sino también los pasos a seguir para el incipiente lavagnismo, hoy enrolado en Alternativa Federal.
Si los números de mayo dan a Lavagna 20 puntos o más de intención de voto, Alternativa Federal cerraría sus puertas a un eventual diálogo con Cristina Fernández y descartaría un acuerdo político donde confluya todo el peronismo y algunas otras expresiones opositoras a Cambiemos. Entienden en el equipo del hombre de las sandalias con medias que con un piso de 20 puntos hay mucho para crecer y, PASO mediante, el candidato estaría en condiciones de asegurarse en octubre llegar al balotaje. En el Gobierno tiemblan ante esa posibilidad; por eso, Lavagna se ha convertido ahora en el más temido. Y también lo es para los K.
Fuente: La Tecla